La técnica de la que te voy a hablar hoy es un recurso útil para interrumpir cualquier reacción o impulso no controlado que tenemos y que nos cuesta cambiar.
Puedes utilizarla cuando sientas ansiedad por comer, pero también te puede ayudar cuando te encuentras en una situación bucle y terminas generando la misma inercia de siempre que al final te daña, porque no sabes cómo romper el ciclo y salir de ello.
Esta técnica es muy sencilla. Se trata de parar, tomarse un tiempo, observarse y proceder.
El objetivo es interrumpir brevemente tu actividad, para darte cuenta de cómo estás y de qué acción vas a elegir para continuar.
Se llama “Técnica del STOP”. Cada letra tiene un significado, que es muy fácil de recordar:
S, de STOP. Es decir, para lo que estés haciendo. Esto puede ser ese atracón, o también puede ser que estés repitiendo esa situación que no quieres seguir experimentando.
T, de TIEMPO. Regálate un minuto, toma aire, respira profundo. Mientras inspiras y espiras cuenta hasta 20. Siente la respiración entrando y saliendo por tu nariz, y alarga la exhalación si puedes. Centra tu atención en tu aquí y ahora.
O, de OBSERVAR. Observa con amabilidad, sin juzgar(te), las sensaciones, emociones y sensaciones físicas que percibes en tu organismo. ¿Qué sientes? ¿Dónde lo sientes? ¿Cómo está tu cuerpo?
P, de PROCEDER. ¿De qué te has dado cuenta? Procede con conciencia y continúa llevando esa actitud amable hacia ti. Toma una decisión y pasa a la acción.
Con esta técnica, lo que consigues es actuar con consciencia. Esto hará que te impliques en la toma de tus decisiones y te responsabilices de tu estado actual. Actuar con consciencia significa que decides, que eres responsable.
Piensa por un instante: ¿Qué decisión puedes tomar en este momento distinta a comer, beber alcohol, enfadarte, juzgar(te)…?
Aquí te dejo algunos ejemplos de acciones que puedes elegir: leer, escribir, bailar, realizar ejercicio físico, escuchar música, darte un baño, beber agua…
Al haber tomado una acción diferente, tu organismo envía un mensaje muy poderoso a tu cerebro, y este se verá obligado a reforzar esta toma de decisiones, en vez de recurrir a tus recursos habituales.
Y con la repetición de esta toma de conciencia y de acción, lo que se crea es un nuevo camino en tu mente. Un nuevo hábito.
Se trata de repetir hasta que se integre y nos salga de forma natural, ya que la repetición refuerza y asienta: es una cuestión de entrenamiento.
Lo importante de aplicar esta técnica es que te regales ese momento de conciencia, de saber lo que estás haciendo y permitirte elegir tu nueva acción, sin dejarte llevar por impulsos no controlados.
Cada vez que aplicas esta técnica estás entrenando tu capacidad de respuesta.
Pero, ¡y esto es muy importante!, independientemente de que consigas parar ese atracón o no, de que sigas reaccionando de forma impulsiva todavía cuando no era eso lo que pretendías, no te preocupes.
No se trata de cambiar de un día para otro, sino de mantener una constancia que te permita integrar el cambio.
Has tomado consciencia, has respirado y te has tomado un tiempo antes de seguir ese impulso.
Recuerda que detrás de toda acción, aunque parezca “dañina” para nosotros, hay una intención positiva. Intenta identificar esa intención positiva y abrázala. Abrázate.
Y si luego de tomar consciencia, consigues elegir realizar una acción diferente a lo habitual, ¡enhorabuena! Es una gran victoria.
Verás que, con el tiempo, con tu constancia y con la repetición de esta técnica, tu capacidad de respuesta cada día estará más entrenada, hasta que sea algo tan natural para ti como respirar.
¡Nos vemos en el próximo artículo!
Flor Fernández
Técnica superior en dietética y Coach integral de salud