En este artículo queremos ir un poco más allá de los hábitos de higiene para mantener nuestra boca sana. Creemos que tan importante como mantener una boca limpia es cuidar lo que comemos a diario para que nuestra boca refleje salud por todos sus poros.
La caries se forma por restos de alimentos que quedan en nuestros dientes y los acidifican, pero también por los desequilibrios minerales presentes en el interior de nuestro organismo, especialmente cuando la relación calcio-fósforo se ve alterada.
Si consumimos alimentos que tienen el potencial de acidificar nuestro organismo, los niveles de fósforo aumentarán y se creará una deficiencia interna de calcio.
Esto ocurre porque ante un desequilibrio mineral, el organismo pondrá en marcha sus procesos innatos para restaurar ese equilibrio perdido, y para ello, necesitará “robar” el calcio que se encuentra almacenado en nuestros dientes y huesos. Esta situación puede conllevar la formación de caries.
Al contrario de lo que ocurre con los alimentos crudos (frutas, vegetales, frutos secos), que obligan a nuestros dientes a ejercitarse, el alimento cocinado no requiere tanta implicación de nuestra dentadura al comerlos, debido a que es más blando.
Esta falta de ejercitación de nuestra dentadura mantenida en el tiempo, hará que nuestros dientes se debiliten, siendo esta otra de las causas que pueden originar caries.
El cepillado es importante para barrer los restos de comida que nos quedan en la boca, pero resultará ineficaz si la alimentación y los hábitos de vida que practicamos a diario no son sanos.
Por ello, una alimentación con un gran porcentaje de productos refinados, azúcar blanca, alimentos altamente acidificantes y proinflamatorios, es causa directa de la formación de caries, independientemente del correcto cepillado de tu boca.
En cambio, las frutas y verduras crudas, frutos secos, semillas o germinados, son alimentos sin refinar, procesar ni desnaturalizar, por lo que no originan desequilibrios internos y además, ejercitan correctamente nuestra dentadura.
Esto hace que promuevan una salud radiante para nuestro organismo en general y nuestra boca en particular.
Por otro lado, cuidar la alimentación es especialmente importante cuando hablamos de la gestación, ya que la salud dental del neonato se modelará desde su estancia en la barriga de la madre.
Es vital entonces que la alimentación de las mujeres embarazadas sea equilibrada, y con un alto porcentaje de frutas y vegetales crudos.
Recuerda que mantener una alimentación en la cual predomine un porcentaje mayoritario de alimentos vivos como las frutas, verduras fibrosas y frutos secos, te ayudará a mantener y/o recuperar tu salud bucal.
Y esto se reflejará en un aumento de tu calidad de vida, ya que, al proporcionar los alimentos adecuados para la salud de tu boca y el fortalecimiento de tus dientes, tu organismo se verá beneficiado también.
Suso Valcárcel y Flor Fernández
Coaches de salud integral, expertos en nutrición natural y consciente
Fundadores de Hygemon y del programa C.I.S.E.