“Ya no puedes comer con gluten”, “vamos a retirar la lactosa de la dieta”, “cuidado con el azúcar, te estás pasando, te va a dar diabetes” ...
… Y así un montón de afirmaciones que a veces nos dice el médico y automáticamente nos provoca una angustia gigante dentro nuestro.
De repente pensamos: “ya no puedo comer nada”, o incluso, lo que es peor: “ya no puedo comer normal, como come todo el mundo, mi vida social se ha acabado”.
A lo largo de estos años acompañando a personas en su cambio de hábitos nutricionales, me he encontrado muchas veces con esta problemática.
De repente, el médico les decía que ya no podían comer con gluten, con lactosa o con tanta azúcar, y la angustia que esa situación les generaba era tan grande, que en un primer momento se veían asfixiadas y sin saber qué comer.
Entonces, recurrían a productos con la etiqueta “sin gluten”, “sin lactosa” o “sin azúcares añadidos”, pensando que eran saludables.
Pero al consumirlos de forma continua, comprobaban que su salud no mejoraba, sino que empeoraba en algunos casos.
Cuando de un día para otro, nos retiran de nuestra dieta alimentos a los que estamos acostumbrados a consumir diariamente, el estrés que podemos llegar a sentir es muy grande.
Y este estrés aumenta con la falta de opciones. Nos dicen “no puedes comer con gluten”, pero no nos dicen cuáles son los alimentos que no contienen gluten y que sí podemos consumir. Y esto genera desesperación.
Ante la falta de opciones, muchas veces terminamos recurriendo a productos ultraprocesados con etiquetas que nos hacen creer que son saludables.
Y si este consumo de productos ultraprocesados se mantiene en el tiempo, la persona puede terminar dañando su salud.
Pero por suerte, cuando comenzamos a trabajar y empezamos a darle realidad a toda esta situación, la persona empieza a ver que tenía otras opciones delante suyo, y que siempre las tuvo, sin necesidad de recurrir a estos productos.
Y aquí quiero hacer un inciso: independientemente de que tengas alguna patología que te invite a apartar de tu alimentación el gluten, la lactosa o los azúcares añadidos, integrar una alimentación basada en alimentos naturales, va a hacer que tu salud se vea beneficiada en todos los sentidos.
Vas a notar rápidamente cómo tus digestiones se vuelven más livianas, cómo desaparece la hinchazón y el malestar después de comer, cómo aumenta tu energía durante el día y cómo se regula tu peso de forma natural, entre otros muchos beneficios.
Y es por esto que hoy te quiero brindar esta alternativa saludable, económica, sencilla y, sobre todo, súper fácil de integrar en tu día a día.
Alimentos como legumbres, frutos secos, arroz, mijo, quinoa, amaranto, trigo sarraceno, pescado, carne, huevos, mariscos y, por supuesto, todas las frutas y todas las verduras, hortalizas y tubérculos, no contienen gluten, ni lactosa, ni azúcares añadidos en su forma natural.
Las combinaciones entre ellos, son infinitas: con todos estos alimentos, puedes hacer pizzas, crackers, tentempiés, helados, mermeladas, patés, hamburguesas…
Todo lo que se te ocurra puede estar en una alimentación sin gluten, sin lactosa y sin azúcares añadidos, y sin necesidad de recurrir a productos ultraprocesados con etiquetas que nos hacen creer que son saludables.
Te invito a que pruebes un día alimentándose solamente con productos naturales y me cuentes qué tal te ha ido, en los comentarios.
¿Habías pensado en esta alternativa?
¡Gracias por leerme!
¡Nos vemos en el próximo artículo!
Flor Fernández
Técnica superior en dietética y Coach integral de salud
