En el último artículo hablamos del poder de la alineación entre el corazón y el cerebro y de los grandes beneficios que aportaba dicha alineación.
Lo más importante es que podemos despertar este potencial cuando lo elijamos, cuando lo decidimos y que es algo que podemos hacer por encargo a nuestra entera voluntad.
Dos de esas habilidades son el “Súper Aprendizaje” y la” Intuición Profunda”. En este artículo me enfocaré en cómo emplear esta técnica para desarrollar esa “Intuición Profunda”.
Hablemos un poco de esta unión entre nuestro corazón y nuestro cerebro. Para nosotros los occidentales, representa un enfoque muy distinto a la forma tradicional de pensar, una forma muy diferente a como nos invitan a considerar las cosas.
Desde pequeños, en la escuela, aprendimos que el cerebro es el órgano “maestro” en el cuerpo. Mientras que, en la mayoría de las culturas de oriente, enseñan que el órgano más importante es el corazón.
Ambas posiciones son válidas, en determinadas circunstancias, porque mientras el cerebro libera la química en nuestros cuerpos, para el rejuvenecimiento, la curación, el equilibrio hormonal y todo lo demás que tiene que ver con el funcionamiento óptimo de nuestro cuerpo, se ha descubierto científicamente que nuestro cerebro recibe desde nuestro corazón la mayor parte de las instrucciones que le indican qué hacer.
Somos nosotros los responsables de crear esas instrucciones mediante los pensamientos, sentimientos, emociones y creencias que creamos en el corazón. Los estudios científicos han comprobado que el corazón tiene la capacidad de recordar y sentir por sí mismo, entonces estamos teniendo un nuevo entendimiento, una idea nueva de lo que se trata esta conexión entre el corazón y el cerebro.
Esta conversación entre el corazón y el cerebro es algo que sucede a cada momento del día, pero la cuestión es que la gran parte de la conversación ocurre desde el corazón hacia el cerebro y en mucha menor escala ocurre en sentido contrario, es decir desde el cerebro al corazón.
Toda esta conexión conduce a las capacidades y las habilidades, una de ellas es el gran poder de la intuición profunda, es un conocimiento directo, nuestro corazón sabe cuándo algo es verdadero para nosotros y cuándo no lo es. Tenemos que estar muy atentos a cuándo la información proviene realmente de nuestro corazón.
Una forma de saberlo es mediante preguntas. Pregunta desde tu corazón ¿qué significa para ti eso que sientes?, ¿qué te muestra esa situación?, ¿qué significa para mi vida? Si lo haces desde el corazón y no desde el cerebro irás despertando y conectando con tu intuición. Se trata de darte cuenta y reconocer qué te dice tu intuición y una de las formas de hacerlo es entrar en tu corazón para entender exactamente lo que te está diciendo, en lugar de darle espacio al miedo, a la presión social o familiar.
Cuando el corazón habla lo hace de forma breve, de forma concisa, generalmente en una sola frase o en una sola oración, rara vez lo hará contándote una historia o justificaciones, éstas son herramientas más propias de la mente o el ego que necesitan justificar la respuesta. El corazón “sabe la respuesta”, la mente “indaga la respuesta”. Otra característica es que, a menudo, la respuesta cuando viene del corazón es casi instantánea, llega prácticamente antes que terminemos de hacer la pregunta, mientras que, si la respuesta es mucho más lenta, en este caso esa respuesta pasa por todos los circuitos de la lógica, los temores, los problemas que han surgido en años pasados, todo esto constituyen los bucles lógicos por los que se filtra una respuesta en el cerebro. El corazón da la respuesta de forma rápida y sin juicios, nunca emite juicio.
Tres pasos para lograr la coherencia entre el corazón y el cerebro:
1.- Pasar la conciencia de la mente al corazón: Esto se logra si colocas tus manos suavemente sobre tu corazón, de una forma cómoda para ti. Eso hará que tu mente dirija la atención hacia esa parte de tu corazón, porque la mente está muy asociada al cuerpo. Lo importante es que tengas una sensación física justo sobre el centro del corazón, de esta forma tu conciencia siempre irá al lugar donde sientes la sensación, ésa es la clave.
2.- Aminoriza tu respiración: Respira un poco más lento de lo normal, inhala el aire en cinco segundos y exhala en el mismo tiempo. Esto es algo muy poderoso, porque solo reducimos nuestra respiración cuando nos sentimos seguros, cuando sentimos que estamos a salvo sin amenazas en el entorno.
3.- Comenzar a sentir la coherencia entre el corazón y el cerebro: ¿Cómo hacemos eso? En el Instituto HERTHMATH descubrieron que hay cuatro palabras claves, que funciona para todos casi el 100% de las veces. 'Aprecio' por cualquier cosa o persona, 'gratitud' por cualquier cosa o persona, 'cuidado' y 'compasión'. Si se pueden sentir una o más combinaciones de esos sentimientos en sus corazones mientras respiran, establecen esa comunicación entre el corazón y el cerebro. Es indispensable una práctica durante 72 horas (tres días), tres minutos en la mañana y tres minutos antes de dormir, para construir estas redes y comenzar a crear el hábito.
Kary Piloto
Coach y Mentora en Auto-Gestión Emocional
@karypiloto_mentora