Te voy a proponer una herramienta que te va a ayudar muchísimo en esto: es la rutina de sueño, y no se trata de aquella archiconocida como ‘duchita, cena y a dormir’. ¿Quieres conocerla y cómo ponerla en práctica con tus hijos? Sigue leyendo.
Es una actividad que dejaremos para el final del día antes de dormir, que les lleve a la calma y dentro de la habitación donde vaya a pasar la noche. Repetiremos siempre la misma acción para inducirlos al sueño y potenciar así, en este ambiente de tranquilidad, la secreción de melatonina, la hormona que induce al sueño y segregamos de forma natural.
La duración será variable dependiendo de los niños y de las edades. Puede ser entre 5 y 15 minutos, incluso 30 para quienes son muy nerviosos, activos o sensibles a los estímulos. Nos ayudará mucho a que se relajen y bajen sus revoluciones, un momento ideal de transición.
¿Ideas para llevar a cabo? A los más peques les funcionan masajes, caricias, pasearlos en brazos dentro de la habitación, cantar, hablarles, ruido blanco u orgánico, retroproyectores de luces… y para los más mayores cuentos que no sean sonoros, luminosos o interactivos, ensartables, encajables, rezar, pensar en momentos bonitos del día…
Siempre debemos repetir las acciones en el mismo orden, y no incluirá la rutina de sueño pantallas luminosas ni alimentación dentro de la habitación. A lo largo del tiempo puede dejar de funcionar y será momento de cambiarla por otra.
¿Cuál es la tuya? ¿Te ha parecido práctico? ¡Cuéntame que te leo!
Mónica Quesada
Asesora de sueño Infantil Certificada, Maestra y CEO
http://www.dormirhastalalunayvolver.com
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