La falta de tiempo y la falta de referencias cien por cien suelen ser los grandes impedimentos a la hora de decidirse a reformar nuestra casa o adquirir una vivienda nueva. Al final se trata de una cuestión de confianza ciega, donde uno se tira a la piscina sin saber si hay vacío o agua.
Para ello debemos centrarnos en varios puntos clave para que salga de la mejor manera posible y no morir en el intento.
1.- Definir en una lista clara e inamovible los puntos clave de la reforma. Quiero decir, una vez tengas claro qué vas a reformar, (si toda la vivienda o por partes) anótala en una lista junto con el presupuesto del que dispones para poder hacer dicha reforma. No te engañes a ti mismo, hay que ser razonables y tienes que pensar que si tienes un presupuesto base, por regla general suele tener un 3% a un 10% de incremento por posibles vicios ocultos. Así que debes descontar ese dinero de tu cuantía total para no llevarte desilusiones.
2.- Aprovisiónate de un buen proyecto, sobre todo si la obra es grande. Debes elaborar junto con un buen profesional todo un briefing de ideas, bocetos, soluciones técnicas, etc. que después serán un conjunto de planos y alzados que facilitarán el trabajo de dirección de obra, albañiles y peones.
En este punto es importante saber, que al final, aunque a voz de pronto no nos parezcan partidas caras o innecesarias debes recordar que pocos son lo albañiles titulados y que, aunque la experiencia es un grado, los conocimientos técnicos y constructivos forman parte de los arquitectos, y siempre es recomendable contar con ellos.
3.- Elige los materiales con especial mimo y cuidado. La vida media de un material de buena calidad (recuerden el artículo de la cocina) será aproximadamente de 15 a 20 años. Es muy difícil que después de hacer una intervención nos planteemos cambiarla antes de los 5 años. Así que el material que decidamos debe tener dos premisas importantes:
¡Que nos guste mucho! Lo primero, debemos comprar lo que realmente nos guste y es casi mejor restar un capítulo o darle una vuelta al presupuesto que quedarnos con la pena de no haberlo adquirido por una diferencia que, a la larga, no hubiera afectado tanto al presupuesto.
Que sea de buena calidad para garantizar la durabilidad. Eso no quiere decir que sea caro. En la actualidad hay muchos materiales de precio medio que son de muy buena calidad. Hay que dejarse asesorar bien por los representantes de marca que se encuentran en las tiendas específicas, nos ayudaran junto con el técnico elegido a hacer la selección.
Una vez tengas los tres puntos anteriores superados, ¡ponte manos a la obra! Organiza bien los espacios, empaqueta debidamente tus enseres personales y deja libre la vivienda o espacio a ejecutar para que se pueda llevar debidamente los trabajos encargados.
Ten en cuenta que, si la obra es grande y tu medio no es la construcción, lo mejor será que delegues siempre en un profesional para la dirección de obra, que estará siempre pendiente de todo aquello que surja dentro de la línea de trabajo.
Intenta siempre valorar económicamente todo aquello que se haga de más en la obra y ten bien presente que una petición tuya dentro de la ejecución que no se encontraba dentro del presupuesto inicial será una partida añadida dentro de la factura final.
Siempre, siempre, siempre céntrate en lo positivo. Los trabajos de obra son duros y todo, por suerte, tiene solución.
Valora el conjunto y evolución del proyecto desde el mismo día que comenzaste con él.
Paula Cabrera
Arquitecta de interiores e interiorista
www.vandamarte.com