¿Te gustaría vivir en una casa llena de residuos y suciedad por todos sus rincones? Podrías tapar los malos olores con ambientadores y esconder la basura debajo de los muebles, lo cual ocultaría el problema por un tiempo, pero a la larga la situación se irá acrecentando hasta que sea insostenible y no puedas habitar en ella, a no ser que tomes medidas.
Si produces dos bolsas de basura al día y solo tiras una, al cabo del año, ¿cuánta basura tendrás acumulada en casa? Efectivamente, 365 bolsas, las cuales se pudrirán y olerán peor cada día que pasa.
Entonces, si tiras la basura todos los días, y mantienes la casa limpia y saneada, ¿lo lógico no sería hacer lo mismo con nuestro cuerpo?
Lo que queremos que entiendas con esta metáfora es que tu cuerpo es tu casa y, a su vez, es el hogar de millones de células, virus, bacterias y otros microorganismos que habitan en ti, y que si se mantienen en un hábitat tóxico, te generarán un sin fin de síntomas y enfermedades como sobrepeso, problemas digestivos, intestino irritable, enfermedades cardiovasculares, candidiasis, diabetes, etc.
Un organismo intoxicado es causa y a la vez consecuencia de una microbiota desequilibrada, lo cual nos llevará a relacionarnos con la comida de forma insana, abriendo el apetito por alimentos tóxicos e inflamatorios, como los ricos en azúcares refinados, grasas saturadas, harinas blancas, rebozados, fritos, etc.
Por lo tanto, para poder integrar una alimentación sana y sostenible en el tiempo, se hace necesario sacar la basura a diario y mantener el equilibrio de nuestra microbiota. A veces tenemos tanta “basura” acumulada en el organismo que es imprescindible establecer un plan de acción que ayude al cuerpo a eliminar las toxinas.
Recuerda: La clave está en mantener un equilibrio entre los desechos que generamos y los que eliminamos.
En nuestra consulta guiamos esta limpieza de forma natural, sin dejar de comer y sin pasar hambre, simplemente sustituyendo alimentos tóxicos, de mucha carga digestiva y proinflamatorios, por otros de baja carga digestiva y alto valor nutricional.
A menudo lo que sana no es lo que comes, sino lo que no comes. Del mismo modo, en ocasiones lo que cura no es comer, sino dejar de comer. Hablaremos de estos interesantes conceptos en artículos venideros.
Suso Valcárcel y Flor Fernández
Coaches de salud integral, expertos en nutrición natural y consciente
Fundadores de Hygemon y del programa C.I.S.E.
