Te dejo una lista de todo lo que no debes hacer con tu peque antes de ir a dormir:
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Desarrollar actividades y juegos excitantes hasta última hora. Siempre hay que tener la tarde planificada hacia la calma y que lo vayan relajando.
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Sobrepasar su ventana de sueño. Conllevará a segregar cortisol y será incapaz de conciliar a pesar de que esté cansado, y potenciarás su irritabilidad y llanto. Tienes que estar atenta siempre a sus signos de cansancio o señales de sueño.
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Que no lleves a cabo siempre la misma rutina. La repetición de unos hábitos favorecerá su aprendizaje y lo inducirás al sueño. Necesitan seguridad y saber lo que va a ocurrir.
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No hacer una rutina de sueño. Aquella a puerta cerrada, entre 15 minutos y 30 minutos justo antes de dormir, poner en práctica una actividad que los relaje y siempre sea la misma. Cuentos, rezar, cantar, retroproyectores, ruido blanco u orgánico, caricias…
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Dormirlo en diferentes situaciones. Llega un punto en el que llevas a cabo cualquier cosa que funcione para que se quede dormido. Saltar en pelota de pilates, porteo, brazos, pecho, cuna, pasear en carrito, hamaca, dar biberones, y si son las 5 de la madrugada y ya no podemos más, a la cama con nosotros en colecho reactivo. Simplemente los confundimos, no saben cuando se dará una situación u otra, hay que repetir siempre la misma y ser consistentes.
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Evita darle alimentación para que se quede dormido, ya sea biberón o tomas de pecho, así evitarás crearle una asociación de sueño.
Si ellos descansan mejor, nosotros también. ¿Llevas acabo estas recomendaciones? ¿Qué te funciona? Cuéntame que te leo.
Mónica Quesada,
Asesora de sueño Infantil Certificada, Maestra y CEO