Hay tantas maneras de dormir como personas, aunque los seres humanos tenemos en común que somos animales diurnos. Sin embargo, hay quienes tienen un reloj biológico más rápido, madrugadores y activos por la mañana, se les agotan las energías antes y van a dormir temprano -alondras- y otros que tienen el reloj biológico más lento, alargan la jornada hasta la madrugada porque se sienten más productivos por la tarde y les cuesta mucho madrugar -los búhos-.
Estas diferencias se deben a razones fisiológicas, culturales y de costumbres. “Todos tenemos un reloj interno biológico que se sincroniza con factores externos. En el caso del sueño esa sincronización se da con la luz. Dormimos por la noche y estamos activos durante el día”, explica Odile Romero, neurofisióloga, jefa de la unidad multidisciplinar del sueño del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona.
Ese reloj biológico, que en el caso del sueño reside en el cerebro, es el responsable de mantener los ritmos circadianos, que determinadas funciones se repitan todos los días a la misma hora, por ejemplo: dormir.
¡Curiosidades!
- Los bebés suelen ser casi todos alondras.
- Para los adultos podemos poner un tercer tipo de cronotipo: los colibrís o grupo intermedio. Casi todos estamos aquí con independencia de a qué cronotipo pertenezcamos porque nos organizamos en función de los horarios de trabajo y ocio.
- Se dice que el cronotipo se va modificando a lo largo de nuestra vida. De bebés somos alondra, de adolescentes, búhos, y en la tercera edad, alondras nuevamente.
¿Qué tipo de bebé tienes en casa? ¿Y tú con cuál te identificas? Yo creo que si me definiera por la hora que me despierta mi hijo, alondra, y si fuera por todo lo que trabajo, después que él se duerme, ¡búho!
Mónica Quesada
Asesora de sueño Infantil Certificada, Maestra y CEO
www.dormirhastalalunayvolver.com