Si se acercan a cualquier tienda de venta de santos, incluyendo los puestos que se suelen poner en las puertas de las iglesias los días de su patrón o patrona, podrán encontrar estampitas y figuras de un señor con bigote, sombrero y corbata. Se trata de representaciones de José Gregorio Hernández Cisneros.
Su culto fue traído tanto por venezolanos que se establecieron en las islas como por canarios retornados que conocieron “su poder mágico” en su estancia en ese país.
José Gregorio Hernández Cisneros nació en octubre de 1864 y murió en el año 1919. Desde muy pequeño empezó a dar muestras de su gran fe cristiana y solidaridad con los más desfavorecidos.
(Imagen del llamado médico de los pobres)
A los 17 años inició los estudios de medicina, compaginando la carrera con la impartición de clases particulares para poder obtener ingresos que le permitieran no tener que abandonar la universidad. Tras su graduación en el año 1888 se le ofreció abrir una consulta en Caracas, pero él prefirió regresar a su pueblo natal para allí ejercer como médico.
Tras una estancia en París, se incorporó a la Universidad Central de Venezuela como profesor, compaginado siembre esa labor educativa con la atención médica a todas las personas sin recursos que le pedían ayuda. Incluso pagaba de su bolsillo las medicinas que estos necesitaban.
El 29 de junio de 1919, José Gregorio Hernández murió atropellado cuando se dirigía a atender a una enferma de escasos recursos. Tras su muerte, miles de enfermos empiezan a comentar que se han visto sanados tras pedir al doctor fallecido su intersección.
(Nicolás Maduro es un fiel creyente en José Gregorio Hernández)
Estos supuestos milagros llegan a oídos de la Iglesia y en 1946 el Vaticano abrió un expediente para convertirlo en Santo que aún no se ha terminado. A pesar de ello, el 16 de enero de 1986, Juan Pablo II le otorgó el título de Venerable, un escalón previo a la beatificación.
El retraso en la culminación de ese proceso es atribuido a la cautela vaticana, ya que este médico venezolano también está considerado un “espíritu protector” de la santería latinoamericana, que mezcla ritos cristianos con creencias afroamericanas.
A pesar de ello, todo indica que muy pronto el Vaticano le otorgará a José Gregorio Hernández el título de santo cristiano, ya que el 18 de junio de 2020 el Papa Francisco aprobó el decreto que reconoce la existencia real de un milagro que se le atribuye.
Su culto en Canarias es, como ya hemos dicho, un ejemplo más de los grandes lazos que nos unen con Venezuela, a la que ahora podemos denominar “la novena isla”.
Juan Carlos Saavedra
Escritor, investigador y divulgador de la cultura canaria