En ese momento, a principios del siglo XVIII, España temía una invasión francesa de Texas ya que desde 1718 y 1719 Francia estuvo enviando, de forma permanente, colonos a la Louisiana y Nueva Orleans. Ese temor nació por los informes que iba emitiendo el Marqués de San Miguel de Aguayo. Los mismos estaban cargados de mentiras a su favor, como que él y sus hombres habían repelido varios ataques al territorio.
Las autoridades españolas decidieron, a la vista de sus comunicaciones, nombrarlo gobernador de Texas ya que lo creían capacitado para defender el territorio frente a los extranjeros.
Una vez asentado en el puesto, el Marqués envió una nueva misiva a España donde comenta que «una familia completa establecida permanentemente en dichos territorios, hacía más por retener la tierra que cien soldados. Por ello, y para mayor seguridad de la provincia y ahorro de la Real Hacienda y no tener tantos soldados y destacamentos, convendría que pasasen doscientas familias españolas de Galicia, Canarias o La Habana, por ser gente más hecha al trabajo que la de este clima».
Más tarde aumentó a 400 familias las necesarias para mantener la españolidad de Texas en caso de invasión por parte de Francia, centrando ahora su petición en que estas familias estuvieran formadas únicamente por canarios.
A fin de conseguir voluntarios se pasó la solicitud a todos los ayuntamientos de las islas, siendo la primera corporación en responder la de Teguise.
De allí partieron siete familias, a las que se les sumó una familia más de Tenerife, otra de La Palma y otra de Gran Canaria. Al grupo se sumó, por último, un soltero de Gran Canaria y dos gomeros que residían en Cuba.
El viaje fue toda una odisea. La travesía desde Canarias a Cuba duró cuarenta y cinco días. Desde allí se trasladaron a Veracruz, donde comprobaron que el lugar que se les tenía reservado para instalarse no reunía las mínimas condiciones para crear allí una comunidad humana.
Se les cambia por tanto de ubicación y se les lleva hacia el interior de Texas.
Allí se unieron a la expedición dos gomeros que llevaban tiempo viviendo en la capital cubana.
Mientras los canarios estaban en Veracruz esperando embarcar hacia la tierra prometida, se descubren las mentiras de Aguayo y que los lugares donde este quería que se establecieran los canarios, en concreto el Lago de San Fernando, Buenavista, La Anguila, Bahía del Espíritu Santo, “no sólo no se pueden poblar por su distancia, sino porque la naturaleza no da en ellos los frutos que en otras”.
Por esa razón se cambia el itinerario de su viaje y se les hace ir hacia el interior del continente, al lugar conocido hoy como San Antonio de Texas. Su llegada a “la nueva tierra prometida” se produce el 9 de marzo de 1731, casi un año después de su salida de las islas.
La razones por las que se decidió el uso de canarios para establecerse en la frontera de Texas, a merced de ataques enemigos, la dejo a criterio de los lectores.
Fuente: Real Sociedad Económica de Amigos del País Las Palmas de Gran Canaria 1986 – Armando Curbelo Fuentes.
Juan Carlos Saavedra
Escritor, investigador y divulgador de la cultura canaria