Pedro de Vera nació en Jerez de la Frontera entre el año 1425 y 1430 y fue nombrado por los Reyes Católicos Gobernador de Gran Canaria. Durante el ejercicio de su cargo destacó por su crueldad y violencia contra la población indígena. Como ejemplo de ello podemos nombrar lo ocurrido con 200 habitantes de la isla a los cuales engañó para venderlos como esclavos.
Los Reyes Católicos ofrecieron a los indígenas canarios la “inmunidad” si optaban por pasar a ser sus súbditos y convertirse al cristianismo. A pesar de esa promesa, Pedro de Vera decidió vender a 200 indígenas de la isla de Canaria, ya cristianizados, y para ello usó una estratagema que sirve de botón de muestra sobre su catadura moral.
Les ofreció colaborar con él en la conquista de la isla de Tenerife, obteniendo a cambio riquezas y reconocimiento en la nueva sociedad que se había creado. Como los canarios no confiaban en él, les juró delante de una hostia que cumpliría con su palabra. Tras ese acto de promesa, ante el Dios de los cristianos, los indígenas canarios embarcaron tranquilamente pensando que partían rumbo a Tenerife. Sin embargo, su destino fue los mercados europeos de esclavos.
Posteriormente, convenció a sus mujeres e hijos para reunirse con sus maridos y padres en la isla vecina. Todos ellos fueron también subastados al mejor postor. ¿Pecó Pedro de Vera ante su Dios? No, en el momento de adquirir su compromiso, lo hizo ante “una hostia no consagrada”.
El nombre de Pedro de Vera también está presente en La Gomera. Tras la muerte del Conde de la isla a manos de Hatacuperche, nuestro hombre, junto a Beatriz de Bobadilla, decidió castigar a “justos por pecadores”. La forma en que lo hizo nos la cuenta Tomás Arias Marín de Cubas en su libro 'Historia de las Siete Islas de Canaria': "Confesada la muerte de su señor, Hernán Peraza, aunque los matadores fueron muy pocos, los condenados a muerte fueron todos los Gomeros de los dos términos o bandos: Apala y Armigua, y a parte de los otros, sin perdonar la vida a ninguno de quince años arriba. Ejecutándose diversos géneros de castigo, fueron muchos, lo primero ahorcados, muchos juntos, siempre empalados y puestos en los caminos y otros sitios, fueron llevados al mar con piedras a los pies dejándolos vivos. [...] Pedro de Vera envió a España con el aviso a vender las madres con sus hijos por esclavos para el costo y gasto de esta jornada”.
Dejo la siguiente pregunta en el aire: ¿Habría que aplicar “la ley de Memoria Histórica” a este personaje y retirar su nombre de nuestro callejero? Particularmente creo que sí.
Juan Carlos Saavedra
Escritor, investigador y divulgador de la cultura canaria