Dentro del habla tradicional canaria existen dos términos para designar a una persona que se considera bruta y perteneciente al mundo rural; esas palabras son "Mago" y "Mauro". Tal es la relación de esas expresiones con las zonas de campo que incluso se ha extendido su uso para designar la ropa tradicional que se suele llevar en las romerías, asociando la misma con la forma de vestir del campesinado isleño.
Ambos términos poseen una gran carga emocional que hace necesaria su reivindicación como elemento cultural irrenunciable, ya que hunden sus orígenes en nuestro pasado más identitario.
¿Qué es un mago y un mauro?
El mundo indígena canario centró sus creencias en el reconocimiento del Sol como una deidad. Así lo atestiguan cientos de restos arqueológicos que van desde pintaderas, vasijas de barro o grabados rupestres. Es más, esa vinculación solar también se encuentra en la cultura bereber norteafricana de la que ellos provenían.
Tras la conquista militar de nuestro Archipiélago se impuso a los primeros canarios una nueva religión, el cristianismo. Sin embargo, no fueron pocos los indígenas que no quisieron adaptar esas nuevas creencias y decidieron alejarse de los núcleos urbanos para residir en los campos y cumbres isleñas. Allí, lejos de miradas indiscretas, siguieron adorando al sol o Magec.
Esta creencia era vista por los europeos como una religión de gente bruta ligada a la incultura y a la agricultura, por lo que se les denigraba llamándoles "Magos". Con ese insulto se les estaba llamando, de forma despectiva, adoradores del Magec.
Ya sobre el año 1905 Bethencourt Alfonso recogió en una de sus obras que "a nuestros campesinos apodamos magos, porque sus antecesores adoraban al Magec y aún bromean a los de Arafo llamándoles cancos y preguntándoles si van a Chiguere a buscar el sol".
Este testimonio nos pone de manifiesto cómo el término "Mago" era una forma de ridiculizar a los descendientes directos de los indígenas, frente a los "cultos y cristianos" descendientes de los civilizados europeos.
Por su parte, la palabra "Mauro" o "Mahuro" tiene el mismo significado ofensivo, ya que con él se hacía referencia a que el insultado practicaba una religión de “La Mauritania”, como se conocía coloquialmente el norte de África.
En definitiva "Magos y Mauros" fueron aquellos indígenas canarios que decidieron mantenerse fieles a las creencias de sus ancestros y no adoptar una religión traída por los invasores de su tierra.
Como pueblo debemos estar orgullosos de "Magos y Mauros", ya que fueron ellos los que mantuvieron vivas las costumbres de nuestros ancestros, desde los principios de la lucha canaria, el juego del palo y el salto del pastor, pasando por tradiciones culinarias como el gofio o el beletén.
Yo me lo pensaría antes de ofender de nuevo a alguien llamándolo "Mago" o "Mauro", ya que el insulto pretendido se puede convertir en una alabanza.
Juan Carlos Saavedra
Escritor y divulgador de la cultura canaria
www.juancarlossaavedra.com