Haciendo una búsqueda en el diccionario de la R.A.E., define «identidad», como «conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás. Conciencia que una persona o colectividad tiene de ser ella misma y distinta a las demás».
Esa conciencia, que nos hace formar parte de un colectivo está conformada por rasgos culturales, naturales, físicos, históricos e, incluso, otros aspectos menos tangibles como los recuerdos o la memoria colectiva.
En muchas ciudades en todo el mundo, y también en Gran Canaria, se produce un fenómeno que conocemos como gentrificación.
Un neologismo que se puede utilizar en castellano, que proviene del término gentry ("alta burguesía, pequeña aristocracia, familia bien o gente de bien").
Un proceso social y urbanístico que, al amparo de la especulación y crecimiento inmobiliario, padecen algunos barrios de Las Palmas de Gran Canaria. Pongamos el ejemplo de Guanarteme. La población original del barrio se ve desplazada por otra de nivel adquisitivo mayor, que puede acceder para alquilar o comprar viviendas de nueva construcción o rehabilitadas.
Esto hace que la identidad del barrio se transforme y pueda perderse algunos de sus elementos claves, en algunos casos únicos, que le da entidad y cohesión a sus habitantes y les hace compartir emociones y sentimientos, sentirse únicos.
No es un asunto banal. Cada vez más, al crecer las poblaciones y extenderse los servicios, los habitantes de los barrios desarrollan su vida cotidiana dentro de un hábitat. Cuando diferentes personas comparten ese espacio y les une actividades, surge la convivencia.
A partir de ahí se crean redes sociales y las personas que confluyen, aportan y condicionan la vida de otros.
Cuando los ciudadanos comparten la historia y los rasgos culturales de un colectivo, las redes se ven afianzadas y fortalecidas y, en consecuencia, aparecen menos dificultades para la convivencia.
Ocurre en otros entornos sociales: comunidades educativas, grupos deportivos, etc.
Todo esto viene a cuento porque Internet, nuevamente, nos brinda la oportunidad de poner en contacto a los nuevos residentes y vecinos con los elementos históricos, etnográficos y culturales de una zona. De esa manera, el proceso de gentrificación es menos doloroso y ayudamos a preservar la idiosincrasia de un barrio o de un pueblo para generar mayores elementos de cohesión que favorezcan la convivencia y el conocimiento de la comunidad.
Por eso es tan importante iniciativas como www.barriodelaisleta.com