En los últimos años ha cogido gran fuerza una nueva ciencia llamada arqueo-astronomía. Su materia de estudio es la relación existente entre los yacimientos arqueológicos y el firmamento. Poco a poco esta disciplina ha ido ampliando su campo de actuación, incluyendo también el estudio de cualquier actividad humana vinculada a los astros.
Para poder abarcar nuevas líneas de estudio se ha decidido denominarla "astronomía cultural", pudiéndose encontrar en Internet numerosos ejemplos de cómo los humanos de todo el planeta construyeron templos con una orientación espacial específica, buscando que días concretos del año el sol produjera en ellos un efecto luminoso especial.
Quizás los más conocidos son Stonehenge, el santuario egipcio de Abu Simbel y el denominado Templo del Sol, en Perú. Cada año, cientos de personas acuden a esos lugares durante el solsticio de invierno o de verano para contemplar la salida del sol y maravillarse elucubrando cómo unos pueblos tachados de "primitivos" fueron capaces de "marcar con exactitud" por dónde aparece el sol en esos días.
Los canarios no necesitamos ir tan lejos para observar dicho fenómeno, ya que en la isla de Gran Canaria existen varios yacimientos donde nuestros ancestros demostraron conocer los ciclos solares y lunares con una precisión asombrosa. Estos lugares han sido bautizados por el Cabildo de la Isla como "yacimientos estrella".
Cuatro Puertas
Al atardecer del día del solsticio de verano (21 de junio), el sol entra en la cueva por uno de sus extremos y recorre su interior hacia una de sus esquinas.
Roque Bentayga
Durante el equinoccio de otoño (21 de septiembre) el sol, al salir tras un pequeño montículo, se proyecta en una cazoleta creada por nuestros ancestros, lugar donde previsiblemente realizaban sus ofrendas a su divinidad.
Montaña de Gáldar
Los primeros canarios descubrieron que el sol del solsticio de invierno (21 de diciembre) salía justo por el pico de esa icónica montaña. Por eso, quizás, construyeron allí un cementerio donde el sol honrara ese día tan especial a sus muertos: la necrópolis de La Guancha.
Creemos sinceramente que estos fenómenos y algunos más que se dan en la isla (Arteara, Risco Caído, La Mesa de Acusa…), deben ser observados por todos los canarios, aunque sea una vez en la vida. Les garantizo que la sensación que se produce cuando se contemplan les conectará con nuestro pasado y con aquella cultura que nos dejó tan importante legado.
Juan Calos Saavedra
Escritor y divulgador de la cultura canaria
www.juancarlossaavedra.com
