El general golpista se encontraba bajo observación del Gobierno de la República, por lo que sus movimientos estaban controlados al sospecharse que estaba conspirando contra el Estado. Por esa razón, fue “desterrado” como Capitán General de Canarias.
En la mañana del jueves 16 de julio de 1936, el General Amado Balmes se encontraba en el campo de tiro de La Isleta realizando prácticas de tiro con sus pistolas.
(Campo de tiro de la Isleta)
Una de ellas, una Astra del calibre 9mm, se le encasquilló y para arreglarla la cogió con su mano derecha por el cañón, luego la apoyó en su vientre, y con la mano izquierda la sujetó por la culata. En ese momento la pistola se le disparó causándole una grave herida en el vientre.
Cuando Francisco Franco se enteró de la muerte de Amado Balmes informó a Madrid que se iba a trasladar a Gran Canaria para acudir al entierro de su compañero en el ejército. Ese viaje, motivado por tan noble finalidad a los ojos de sus superiores, no despertó ninguna sospecha entre las autoridades republicanas.
Un historiador llamado Ángel Viñas publicó un libro llamado La conspiración del general Franco en el que mantiene que la supuesta muerte accidental del Comandante militar de Canarias Amado Balmes el 16 de julio de 1936 no fue un accidente, sino un asesinato planificado.
Para ello se basa en los siguientes datos:
El General se había mostrado públicamente a favor de la legalidad republicana.
Su chófer le llevó primero a la Casa de Socorro y después al Hospital Militar, donde ya fue imposible salvarle por las características de las heridas sufridas. Se podía haber salvado si hubiera llegado antes al hospital.
(El Dragón Rapide se convirtió en un icono fascista)
El día del accidente ya estaba en Gran Canaria el Dragon Rapid, el avión que debía trasladar a Franco a Marruecos para sublevar al ejército.
El chófer de Balmes se olvidó de guardar la pistola con la que el general se hirió y la dejó en el estribo del coche en el que le trasladó, perdiéndose por el camino.
Posteriormente, Franco negó la pensión de viudedad a su mujer alegando que “no había muerto en acto de combate”.
Si se confirma la sospecha del historiador Ángel Viñas, la cual tiene bastantes visos de ser cierta, el General Amado Balmes sería el primer muerto de los más de quinientos mil que causó el golpe de Estado fascista que posteriormente sería liderado por el dictador Francisco Franco.
Juan Carlos Saavedra
Escritor, investigador y divulgador de la cultura canaria
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