Queridos lectores,
En el mundo editorial, rara vez el editor manda en la creación de un libro infantil. Lo deja todo en manos del ilustrador, bien porque le gustan sus ilustraciones o porque es el escritor que escoge el ilustrador. El artista es el encargado de saber capturar el alma de un libro más que el escritor.
Con el texto en la mano, el ilustrador tiene que empezar a trazar dibujos simples sin entrar en detalle para saber qué va a dibujar en cada página (storyboard). Una vez finalizado este proceso preliminar, desde un punto de vista general, debe observar si todo el libro tiene armonía en todo su conjunto y corregir los dibujos y páginas que sean necesarios hasta conseguir este ritmo.
Con el primer paso realizado, toca capturar la energía del texto y entrar en detalle. Hay que estudiar el vestuario de los personajes, características físicas de los animales, estudio de vehículos, muebles, edificios, máquinas etc., sin olvidar los fondos: paisajes, árboles, plantas, etc.
Con un trabajo de estudio finalizado, toca empezar a trabajar cada página. Buscar la composición más adecuada para comunicar lo mejor posible el alma del texto.
La página puede ser una composición simple y/o gráfica: fondo blanco, fondo monocromático (con, texturas, o color plano), fondo complejo, complicado o barroco, los personajes muy claros y con colores que contrasten con el fondo para resaltarlos; o bien puede ser páginas de composición muy compleja, la cual establece una relación con el lector que le obliga a jugar con el dibujo y a buscar las relaciones existentes entre personajes y objetos.
Por último, el ilustrador tiene que formar parte de la narración. Tener claro el tono de la historia: si es humorística, poética, de terror, urbana, de fantasía, ciencia ficción, si sucede en la naturaleza (bosque, selva, desierto, etc.). Cuando esté claro el ritmo de la historia, hay que sacar el máximo partido a los colores.
Los colores son muy importantes en un álbum infantil. Son un lenguaje que crea distintos ambientes. Puede tener un ambiente colorista donde el ilustrador busca combinaciones con los colores complementarios. Puede ser un ambiente intimista, con gama de colores similares y muy suave. O puede ser muy gráfico, con un máximo de tres colores y que sean los mismos en todo el libro.
Para terminar, la elaboración de un libro infantil con un tiempo de trabajo adecuado y sin presiones del editor, ronda entre el mes y los dos meses, dependiendo si hay correcciones o no.
En general, crear un libro como ilustrador no es tarea fácil, pero cuando ves resultado final la sensación que tienes es de satisfacción.
Les dejo el enlace de los dos últimos libros publicados de Pez Globo. Es un proyecto personal que empecé hace diez años con Gabriela Rubia, una escritora de Las Palmas de Gran Canaria. El resultado es muy bonito. El año que viene saldrá el tercer libro, si les gusta, ¡estén atentos!
https://mamutcomics.com/ca/pez-globo-2.html
¡Feliz Navidad!
Edgar Ramírez
Ilustrador y diseñador gráfico
www.edra.myportfolio.com