En el año 1504, la Inquisición realizó un censo de las familias indígenas residentes en el Archipiélago. Los datos obtenidos hablaban de 1.200 familias canarias que vivían sin mezclarse con los invasores y manteniendo, probablemente solo en privado, sus creencias y forma de vida. Esas familias estarían compuestas por unos 4.000 miembros.
(Una de las primeras obras en reivindicar la pervivencia de los rasgos indígenas en la población actual de Canarias)
Estos resultados que aporta la Inquisición deben ser matizados, como hacen los historiadores Tejera Gaspar y González Antón, de forma que podemos concluir que nos encontraríamos ante un número sensiblemente mayor de población indígena en Canarias.
En la relación aportada no se tuvo en cuenta a las familias mestizas, compuestas por un miembro indígena y otro europeo, tipo familiar muy extendido ya que con los conquistadores vinieron a las islas muy pocas mujeres, y las que lo hicieron ya estaban casadas.
(Una de las primeras obras en reivindicar la pervivencia de los rasgos indígenas en la población actual de Canarias)
Por otro lado, el concepto “familia” de los primeros canarios era bien distinto al actual y al europeo del año 1504. Una familia canaria de aquella época estaba compuesta por el patriarca, su esposa, sus hijos y las hijas casadas con sus esposos y sus descendientes.
Esta concepción amplia de la unidad familiar indígena aumentaría sustancialmente ese cálculo de la pervivencia solo de 4.000 indígenas en las islas, para alcanzar cifras mayores que atestiguarían la llegada al siglo XXI de sus tradiciones, toponimia y genética.
Una prueba que sustentaría esta conclusión es conocida por el mundo académico desde el año 1958. Ese año Fuste de Ara, un arqueólogo del régimen franquista, señalaba que: “Después de la observación de la mayor parte de los autores que han investigado en las islas, ha podido establecerse la persistencia hasta nuestros días de los elementos que constituían el complejo racial de las poblaciones prehistóricas aborígenes. Y esto no de forma esporádica, sino todo lo contrario, formando auténticos núcleos poblacionales”.
A esa temprana conclusión se unen en los últimos tiempos los estudios genéticos que ya, fuera de teorías sustentadas en razonamientos deductivos, han acreditado que el “ADN” indígena sigue corriendo por las venas de muchos canarios en la actualidad.
Juan Carlos Saavedra
Escritor, investigador y divulgador de la cultura canaria