Empecemos por lo primero. Imaginemos una sonrisa de ésas increíbles, que las ves y dices ¡guau! Imaginemos un pelo, una cara prácticamente perfecta, pensemos en un cuerpazo diez, unas curvas de infarto, unos abdominales de esos que quitan el hipo, un "culazo"... Soñemos con que esa persona tiene todo lo que nos atrae, nos gusta en un físico, que es justo nuestro prototipo de hombre/mujer, incluso que tiene una mirada que te atrapa...(bueno no, permítanme como experto en miradas que no lo meta en algo físico, porque para mi una mirada es más que eso. No he visto todavía una mirada fea, todas tienen una historia detrás que las hace bonitas).
Ahora vamos con lo segundo. Imaginemos una mente prodigiosa, algo que sea fuera de lo normal, y me explico: una mente así no quiere decir que su coeficiente sea desorbitado ni que sea la persona más inteligente del mundo. Me refiero a una mente que te enamore completamente, que interiormente sea algo increíble, que "juegue" en el buen sentido de la palabra con la tuya y se te quede cara de bobo/a cada vez que habla, que te hace reír como si tuvieras 18 meses de vida con cualquier bobería, que cuando tú hablas te escuche como si lo que le estás contando fuera lo más importante de su vida, o cuando te está contando cualquier anécdota te sumerja en una de las mejores novelas que hayas leído.
Y bien, yo me pregunto: ante estas posibilidades ¿qué prefieres, físico o mente?
Regardiel
Escritor experto en miradas
@regardiel