Septiembre es, por excelencia, el mes de la vuelta a la normalidad tras las ansiadas vacaciones. Con la vuelta al trabajo, se impone también un cambio en tu vestuario y, sin duda, hacerte con un conjunto de prendas básicas y atemporales es imprescindible para que la vuelta a la rutina sea más llevadera…¡y más estilosa!
Siempre viene bien adelantarte al otoño e ir renovando tu armario. Imprescindible, la camisa blanca, de botones y cuello clásico. Te salvará de más de un apuro, nunca pasa de moda y va bien en cualquier ocasión. No te resistas a invertir en ella.
¡Faldas, siempre faldas! Largas, midi, mini… Ninguna prenda es más femenina y siempre hay una que se adapta a tu estilo. Tonos tierra, beige y marrones combinan muy bien con tonos claros y oscuros. Una negra es imprescindible. Siempre. Si eres alta y no sueles usar tacones, lúcela con bailarina y, si tu trabajo te lo permite, hasta con deportiva. Si por el contrario, no sueles bajarte de las alturas, un destalonado es la opción perfecta de entretiempo. Recuerda que un zapato nude logrará el efecto óptico de alargar tu silueta y te hará parecer más alta. Para mí es el zapato perfecto.
Si bien entramos en otoño, aunque nosotros alargamos el verano, ya es tiempo de ir metiendo alguna prenda de abrigo en nuestros estilismos. El trench siempre es buena opción y, además, es de esas prendas en las que debes invertir si encuentras el que más te guste y se adapte a ti. Un consejo: cuanto más clásico, mejor. Infalible y te durará años.
Para finalizar: el bolso. O los bolsos. Si vas a invertir en uno, procura que sea de piel y de tonos neutros. Negro, beige, tostado…Seguirá siendo un “buen bolso” los próximos años y, probablemente, nunca te canses de él. Si eres de las que lleva todo en el bolso, multitud de marcas sacan sus “shopping bags” en varias versiones. Si por el contrario, optas más por la comodidad, hazte con alguna bandolera o mochila. Ambas opciones permiten que lleves cómodamente todo lo que necesitas en tu día.
Y, como siempre, estos son solo algunos consejos. Al final, lo verdaderamente importante para ir bien a la hora de vestir, es que te sientas cómoda con lo que lleves. Aunque eso implique cambiarte de ropa dos minutos antes de salir. Mejor cinco minutos tarde…que todo un día mal arreglada.
María Canal
Abogada apasionada de las faldas bonitas, los bolsos y los tacones