Llegamos en este viaje al último punto del esquema que en Sexología se conoce como: d.e.m.o.r. La resolución. ¿Qué sucede? Si eres hombre y usas el recuerdo, más o menos cercano, sabrás que tras la eyaculación y el orgasmo, normalmente entras en la fase refractaria. Ésa en la que, aunque a veces te encantaría, no puedes responder con otra erección seguida ante ningún estímulo. Algo que no les pasa a las mujeres, de ahí surge esa ‘semi-envidia’ masculina ante el multiorgasmo de la mujer y esa ausencia de periodo refractario en ellas. Lo siento chicos, no se puede tener todo. El periodo refractario varia de duración según la edad y la persona. En una primera fase de la resolución, notarás que pierdes la rigidez del pene aunque todavía sea práctico durante unos minutos, dependiendo, claro, de si la situación que estás viviendo es estimulante, sigues con buen nivel de excitación y estimulación sexual. Cuando pasas a la segunda fase de la resolución lo notas en su lentitud, todo vuelve a su lugar, el pene pierde erección. Habrás notado que si retiras el pene de la vagina se acorta esa etapa.
La mujer puede entrar en fase multiorgásmica, es decir, que tras el primer orgasmo seguido viene otro y otro y otro… y así, dependiendo de la mujer. Aquí entra en juego lo que cada una desee disfrutar y alargar ese momento, según la estimulación. Una vez acabada esa fase y entrando en la de resolución pasará como en el hombre, se pierde la erección, en este caso, del clítoris. Los labios vaginales retoman su grosor , la vagina vuelve a su posición de reposo. Si los pezones seguían erectos, volverán a su estado natural, se pueden sentir contracciones involuntarias y temblores, se entra en estado de relajación, algo que por distintos motivos en muchas mujeres conlleva incluso al llanto emotivo, en otras a la risa. Las sensaciones y el periodo de resolución dependerán de cómo se haya enfocado el encuentro erótico, el tiempo dedicado a las fases de excitación y meseta.
¿Cuál es la dificultad en esta fase o de esta fase? ¿Lo imaginas? ¿Lo intuyes? Si te preguntase al acabar un encuentro erótico "¿lo has disfrutado? ¿Qué has sentido?", y las respuestas que surgen son algo así como “La verdad, no he disfrutado, es más no he sentido nada, ha sido insulso, mecánico y falto de pasión”, incluso llegando al mitificado orgasmo y con una relajación posterior, el sumatorio del encuentro erótico puede ser negativo. Pues he ahí la respuesta, la dificultad con la que se pueden encontrar los amantes en esta fase de resolución es terminar con un encuentro insatisfactorio. En general vivimos los encuentro eróticos con la intensión de disfrutar, de compartir, de satisfacer los deseos de ambos, y así una lista larga. Cuando esa lista se queda en expectativas no cumplidas es cuando se cae en la decepción. ¿Qué sucede con esa sensación? Que si no se expresa, si no se comunica, si no se habla, se tiende a entrar los siguientes encuentros eróticos con desgana y apatía, se tiende a espaciarlos en el tiempo e influye en el deseo. ¿Queremos eso? Seguro que no. ¿Podemos hacer algo? Sí. ¿El qué? Quieres la respuesta pero antes te pregunto: "¿Tú que crees?" Y lo sabes… aún así te daré pistas, no te dejaré a medias.
Comenzaremos con lo que no me cansaré de decir: comunicación asertiva sobre lo que consideramos mejorable por parte de ambos en el encuentro. Tú expresarás lo que crees que la otra persona puede mejorar porque a ti te gusta más de otra manera, la otra parte hará lo mismo y escucharemos activamente, no vale dejar la cara puesta e irse con la mente a otro lado. No tomaremos esos datos como críticas, más bien como oportunidades de mejora en los encuentros con el fin de disfrutar ambos.
¿Crees que los encuentros eróticos son muy mecánicos, monótonos y faltos de pasión? Háblalo, piensa qué podemos hacer para variarlos. Puedes proponer ideas; quizás hablar de fantasías eróticas, escribirlas, intercambiarlas. Dejo claro que las fantasías son fantasías, no se trata de un listado de cosas por hacer, no es una ‘to do list’. No conviertan algo que debe inspirar y que nos permite viajar con la imaginación en una lista de tareas pendientes, intenten no caer en esa trampa.
El exceso de conflictos en la pareja se trasladan a los encuentros eróticos. Habrá que buscar la manera de deshacer esa maraña de sensaciones, emociones, vivencias que afectan a una vida en pareja plena. En general, para la mujer moverse en un clima donde prima el enfado y la tensión no contribuye a que exista una motivación ante la posibilidad de encuentro erótico y menos el buscarlo; necesitará sentir afecto y cercanía por la otra parte. Nada que con comunicación no pueda solucionarse. Si para ambos se presupone muy complicada esta parte, siempre existe la posibilidad de acudir a un profesional que les ayude a decirse todo lo que, por algún motivo, no se atreven, no quieren o les cuesta comentar.
Espero que estas pinceladas les sirvan para encontrar la manera de disfrutar de los encuentros eróticos. Cada encuentro erótico es único e irrepetible y se mejora con la práctica y comunicación, así que no dejen de intentarlo, pongan voluntad y por supuesto mucho humor. ¡Hasta pronto!
Rut Mónica Díaz
Sexóloga
@keepcalmmamaessexologa