En una cultura en la que el consumo del alcohol está bastante presente en las celebraciones de todo tipo, en las reuniones de trabajo o no, quedadas, en comidas, cenas fuera y dentro de casa, etc., puede resultar complicado saber con claridad cuándo se pasa de un uso a un abuso. Está bastante normalizado el ‘vamos a tomar algo’ y que el alcohol sea el compañero. ¿Cuándo se complica la cosa? Cuando las consecuencias negativas superan a las ‘supuestamente’ positivas que genera tomar alcohol. Si existe pérdida de control sobre el consumo de alcohol, una preocupación constante por la ingesta de alcohol y todo gira en torno al momento de tener una copa en la mano, se niega la embriaguez, se niega la adicción, existe una percepción distorsionada del alcohol: “Yo controlo, yo controlo”. Todo puede complicarse aún más porque afectará a la vida personal, familiar, profesional, al rendimiento laboral y académico, a la economía, además del daño causado al propio organismo.
Que el alcohol potencia el rendimiento sexual y que puede ser afrodisíaco por sus propiedades de desinhibición son dos mitos muy publicitados, nada más lejos de la realidad. Si realmente quieres disfrutar del encuentro erótico, darlo todo y conseguir el final que deseas, no te excedas en su consumo. Todo esto teniendo en cuenta que la tolerancia al alcohol de cada persona difiere.
Con pequeñas dosis se logra ese efecto de desinhibición y relajación que logra aumentar el deseo sexual, pero en cantidades excesivas, por ejemplo para ellos, el efecto sedante poco ayudará. La posibilidad de que la erección se vea perjudicada toca a tu puerta, puede que para cuando intentes una penetración debas retirarte por la imposibilidad. En ambos sexos, una gran ingesta de alcohol puede retrasar el proceso de excitación y generar la pérdida de coordinación. En las mujeres, puede ser más costosa la llegada al orgasmo por una falta de excitación psicológica previa y, a la vez, existir una disminución del deseo sexual. También se puede dar una disminución de la lubricación vaginal, cosa que generará dolor en la penetración o molestias. En algunos casos, tanto hombres como mujeres, tras un gran consumo de alcohol y ya desinhibidos por completo, pueden acabar en prácticas sexuales de riesgo sin ningún tipo de autocontrol y anteponiendo la impulsividad. Así que queda dicho, la respuesta sexual se verá perjudicada con el consumo en grandes cantidades de alcohol.
Si te parece poco, debes saber si eres hombre que un consumo crónico de alcohol puede provocar atrofia testicular. ¿Quieres una inhibición de la producción de la testosterona? Supongo que no, pues ya sabes, consumo de alcohol moderado. Si no has sido padre aún y lo planteas a futuro te pregunto: ¿Quieres una inhibición de espermatogénesis? ¿Quieres contribuir a que el número de tus espermatozoides y su movilidad se vean afectados? Imagino que no, pues toca cuidarse y controlar el consumo de alcohol.
Estas son algunas pinceladas para ir entrando en materia sobre cómo afectan ciertas sustancias a la hora de disfrutar plenamente de un encuentro erótico. Poder vivirlo con todos los sentidos sin tenerlos adormecidos ni mermados, con plena atención en el otro, sus respuestas y controlando las nuestras plenamente. A veces menos es más, así que busca tu propio equilibrio y ten siempre cerca el humor. ¡Hasta pronto!
Rut Mónica Díaz
Sexóloga
@sexologarutmonicadiaz