Algunos centran el debate en si el tamaño importa, pero hoy lo centraremos en si el tiempo importa. Cuando se habla de eyaculación precoz parece que hay un reloj detrás midiendo el tiempo óptimo para estar dentro o fuera de la categoría de eyaculador precoz. Pues bien, entre las definiciones puedes encontrarte con que se mide el tiempo que transcurre entre la estimulación hasta que hay eyaculación, hay un número mínimo de empujes vaginales, anales, e incluso podrás leer también que un minuto tras la penetración. Si pruebas y miras un reloj durante un minuto sin hacer nada más, ¿qué te parece? ¡A que sí que supone tiempo! Claro que, cuando estás excitado y con ganas de disfrutar, la percepción del tiempo varía. Pues como la sensación de control eyaculatorio es subjetiva, tampoco pasemos por alto que conseguir posponer la eyaculación es una habilidad y como tal, puede ser innata o se puede aprender. ¿Por qué digo esto? Porque aún pensando que tu eyaculación es precoz, puedes conseguir variar los tiempos. ¿A qué suena alentador?
Para que te hagas una idea te contaré que hay varias clasificaciones. Se trata de eyaculación primaria si esto sucede desde que la persona es activa sexualmente. Eyaculación secundaria o adquirida cuando comenzó a suceder después de un tiempo con una actividad sexual adecuada. Puede ser también una eyaculación precoz generalizada con distintos niveles, considerándola grave cuando se eyacula antes de la penetración o sin erección. Habría que valorar los factores que predisponen esa eyaculación precoz como por ejemplo situaciones de estrés, hemos perdido a alguien cercano, dolores crónicos, vivir en la preocupación continua, pasar por dificultades económicas, falta de trabajo, agotamiento excesivo, cambios novedosos como una mudanza, pareja, trabajo, etc. Los problemas en la pareja también afectan, la falta de comunicación, las exigencias entre ambos, infidelidad. Tener una actitud o personalidad ansiosa, la auto exigencia y preocupación por satisfacer a la pareja pueden contribuir a no estar atentos a nuestras propias sensaciones corporales y no controlar la llegada del clímax pudiendo, en ese caso, adelantarnos y por ejemplo cambiar el ritmo o el modo de la estimulación. Las alteraciones en los niveles de serotonina e incluso la combinación con altos niveles de adrenalina; una base genética; hay que vigilar también la parte hormonal. Tras leer este párrafo habrás comprobado que no se trata de un único factor. Si sientes que ha llegado el momento de modificar una situación que te produce angustia, malestar contigo y con tu pareja, si no estás disfrutando de tus encuentros eróticos o los evitas por no pasar por esa situación, debes buscar cuál puede ser el factor que puede estar influyéndote.
Expondré varios escenarios y así puedes comprobar si te sientes identificado. Si es el caso, quizás te puede venir bien trabajar esa respuesta eyaculatoria precoz condicionada que ya tienes. Se trataría de modificar ese comportamiento aprendido, es decir, retrasar poco a poco la duración trabajando en ello. Igual que pudiste adquirir el hábito de eyacular rápido, masturbarte de manera apresurada y ansiosa, sin pararte a sentir, sin identificar las sanciones de tu cuerpo, sólo con la intención de eyacular cuanto antes, debes desaprender esto para aprender a sentir, disfrutar el camino, conocerte a ti y tus tiempos.
En el artículo de I+D+i de la masturbación nombré las masturbaciones en grupo. Puede que cuando participabas en ellas ¿la virilidad se demostraba o se premiaba en aquel que primero eyaculaba? Este sería un escenario de eyaculación fuera de tus tiempos.
¿Has sufrido falta de intimidad a la hora de masturbarte y de poder tener un autoerotismo en el que la duración la marcabas tú y no tanto la inmediatez de que no te pillasen?¿Debías compartir baño o habitación? Algo que contribuía a llevar a cabo masturbaciones siempre rápidas. Otra forma de no conocer ni respetar tus tiempos.
¿La masturbación para ti estaba vinculada a creencias basadas en la culpa, en algo sucio, impropio? ¿Debías esconderte para hacerlo y aún así no conseguías tranquilidad interior para dar el tiempo que se merecía a la experiencia?
¿Pasaste periodos largos visionando pornografía y masturbándote de una forma compulsiva? Y no, no digo que el visionado de pornografía sea negativo, más bien la interpretación que cada cabecita pensante, con o sin criterio, hace de ese visionado. Pero no es ese el tema, se trata en este caso de averiguar si tus masturbaciones eran un simple ‘chute de dopamina’ con el que buscabas rebajar algún tipo de ansiedad y que poco a poco se tornó en adicción y cada vez fue a más. Ese tipo de masturbación no ayuda al autoconocimiento, sólo se busca la gratificación inmediata y este circuito cada vez pide más y más.
¿Qué tienen estos escenarios en común? En ellos era imposible estar centrado en saber cuáles son tus tiempos, en averiguar si se empieza de una forma, se pasa a otra, se retoma la anterior. Si no estabas focalizado en la parte sensorial, en sentir, en descubrir cómo responde tu cuerpo al roce, al contacto con la mano, al agarre, a la presión, a si te gusta con o sin algún tipo de lubricación. Este trabajo debes hacerlo tú, si hasta el momento no lo has hecho. Debes averiguar qué sientes en la parte de la meseta, ya hablamos de ella en otro artículo, cuáles son las señales corporales que te indican que estás ya en ella y que seguidamente llegarás al orgasmo. Si quieres retrasar la eyaculación debes centrarte en todo este proceso de autoconocimiento y dedicarle el tiempo que merece.
Si estás en pareja, en los encuentros eróticos deberán trabajar la focalización sensorial de Masters y Johnson, hemos hablado de ella en otros artículos. Dejar de lado el coito por un tiempo, la penetración no debe ser la parte principal de los encuentros, ya se volverá a ella cuando toque. Es importante en la pareja no huir del tema, hablarlo, pongan humor, hagan chiste, hablen de manera asertiva. Para las mujeres heterosexuales y hombres homosexuales que me lean, no es nada sencillo pasar este proceso, la pareja necesita apoyo y trabajo en equipo. Necesita ver fortalecida su autoestima con mensajes alentadores, de amor, cariño, admiración por los logros que se van consiguiendo. Para ellos quizás venga bien probar técnicas de relajación, aprender a respirar, centrarse únicamente en las sensaciones corporales y estar en calma. Para ambos, mucha comunicación, amor y paciencia. El hombre siente muchas veces la presión de la virilidad unida al deber de tener una súper erección sostenida, con un aguante en tiempos de campeonato y una eyaculación que no se adelante al orgasmo de la pareja. ¿Quién puede fluir durante un encuentro erótico con esa presión en la cabeza? Por eso, ellos necesitan relajarse y disfrutar del camino acompañados y comprendidos y la pareja una dosis extra de empatía y compasión. Repito lo que digo siempre, por favor, no olviden el humor. ¡Hasta pronto!
Rut Mónica Díaz
Sexóloga
@keepcalmmamaessexologa