El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, y el consejero de Obras Públicas, Transportes y Vivienda, Sebastián Franquis, han supervisado hoy las obras de la II Fase de la Carretera de La Aldea, entre Agaete y El Risco, una actuación que afronta ya 19 meses de trabajos y en la que se ha logrado excavar a día de hoy 2.000 metros lineales de túneles. El presidente y el consejero, acompañados por el alcalde de La Aldea, Tomás Pérez, y el primer teniente de alcalde de Agaete, Sebastián Suárez, pudieron asistir este mediodía a una operación de voladura controlada dentro de uno de los túneles en los que se está usando explosivo para agilizar las tareas de excavación de los ocho túneles que contempla esta obra.
Los trabajos en los dos tubos del túnel de Faneque son los más avanzados ya que entre sus dos bocas se han excavado ya 1.500 metros en total. La más adelantada es la boca norte (la más cercana a Agaete) de estos dos tubos, donde ya se llevan excavados cerca de 700 metros en cada uno de ellos. Se espera que a finales de este año se puedan unir las bocas norte y sur de ambos tubos, y a partir de ahí comenzarán los trabajos para revestir y adecuar el túnel para permitir la circulación por el mismo y abrirlo al tráfico en el primer semestre de 2022.
En este sentido, el jefe del Ejecutivo se mostró satisfecho con el desarrollo de las obras y recordó que una de las peticiones del Gobierno de Canarias y del Foro Roque Aldeano fue que se pudiera ir abriendo por tramos, como previsiblemente ocurrirá. “Cuando llegó el 14 de marzo y el confinamiento, se mantuvo abierto todo lo que era esencial, y salvo que se tuvo que parar por un brote durante dos semanas, esta carretera no se paró, y se trabaja las 24 horas del día”, añadió.
Resaltó que esta es una de las obras de infraestructuras viarias esenciales en Canarias “porque une el municipio de La Aldea y Agaete con el resto de municipios de Gran Canaria y porque es una obra de carácter social absolutamente imprescindible, que ha tenido la unanimidad del Parlamento, se consiguieron los fondos con el Gobierno central y por fin dentro de muy poco, en el año 2025 según la previsión, tanto los vecinos de Agaete como los de La Aldea van a estar mucho mejor conectados”.
Sebastián Franquis destacó que la obra tiene “un ritmo inmejorable” y que las previsiones en cuanto a ejecución y certificaciones anuales se están cumpliendo. Se trata, añadió, de la segunda obra de mayor importe que tiene Canarias y una de las más importantes que se adjudicaron en su momento en España, con todo lo que conlleva una inversión importante y de generación de empleo, en este caso con 200 trabajadores. “Los problemas que hubo en la primera fase que alargaron muchísimo la obra afortunadamente no van a ocurrir en esta segunda parte”, agregó.
La UTE que ejecuta estos trabajos, formada por las empresas Ferrovial-Agromán-Acciona Construcción-Lopesan y Bitumex, está centrando sus trabajos actualmente en los túneles de Guguillo (de 608 metros) y el que atraviesa el macizo de Faneque, el más largo y complejo ya que implica la construcción de dos tubos paralelos de 2.100 metros cada uno. En las tareas de perforación de los túneles se están empleando cuadrillas especiales de trabajadores repartidos en varios turnos para trabajar las 24 horas del día con la finalidad de agilizar esta obra.
En el túnel de Guguillo, de 608 metros y el más cercano a la Fase I de la carretera de La Aldea ya en uso, se está excavando por las dos bocas del túnel a la vez, a un ritmo aproximado de 10 metros por semana. Este ritmo permitirá unir ambas bocas (este túnel es de un solo tubo) a finales del mes de mayo.
Para agilizar las excavaciones de los 8 túneles de esta segunda fase de la nueva carretera se prevé utilizar un millón de kilos de explosivos en 2.000 voladuras distintas. Para la obra de este tramo entre El Risco y Agaete se utilizó por primera vez en España un modelo de explosivos totalmente distintos a los habituales compuestos por una emulsión en base a nitrato amónico, que se activa en el mismo lugar en que se va a explotar, mezclada con otros materiales detonantes. El empleo de este tipo de explosivo, usado ya en otros países europeos, facilita la logística, en especial su transporte y almacenamiento, ya que no se precisa el desplazamiento de explosivos por carretera las 24 horas del día y un único polvorín es capaz de almacenar los 5.000 kilos de esa emulsión especial, que luego se mezclan con otros materiales explosivos, que se necesitan para toda la obra.
Trazado de 8,5 kilómetros
El nuevo tramo que sustituirá a la actual GC-200 tiene un trazado de 8,5 kilómetros, una nueva vía rápida con velocidad específica de 80 kilómetros por hora y que será una sucesión de túneles y viaductos hasta llegar a conectar con la I fase de la carretera, el tramo El Risco-La Aldea, ya terminado y en uso desde 2017. Debido a la accidentada orografía de esta zona de la isla de Gran Canaria, la obra es de una gran complejidad ya que implica la construcción de ocho túneles, dos viaductos y tres enlaces. La necesidad de estos túneles hace que el 70% del recorrido de este nuevo tramo de la carretera de La aldea sea subterráneo, minimizando por tanto el impacto medioambiental en el entorno que atraviesa.
Las obras de esta II Fase de la Carretera de La Aldea se adjudicaron con un presupuesto de 152.361.708 euros y un plazo de ejecución de 65 meses. Actualmente se llevan certificados más de 20 millones de euros en las obras que ya se han ejecutado por parte de la UTE.