Agentes de la Unidad de Protección y Acompamiento Local (UPAL) de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria localizaron sanos y salvos a tres menores de edad cuyos padres habían denunciado su desaparición dos días antes.
El día 29 de octubre la Policía Local recibió una llamada al 092 de la madre de una menor de 14 años para denunciar que la noche anterior no había dormido en casa y que no sabía dónde podía encontrarse, dado que tampoco contestaba a su teléfono móvil.
A raíz de esta llamada, los agentes de la Unidad de Protección y Acompañamiento Local (UPAL) de la Policía Local se entrevistaron con la madre de la menor e iniciaron de inmediato una investigación en su entorno más cercano, dado que en los casos de desaparición las primeras horas son de vital importancia.
De esta forma los policías comprobaron que la menor no había ido a clase y que tampoco lo había hecho otra menor del mismo centro educativo. Los agentes se entrevistaron entonces con los padres de esta última, comprobando que también habían presentado una denuncia por la desaparición de su hija.
El trabajo de la Policía Local durante ese 29 de octubre, comprobando determinadas localizaciones donde podían encontrarse y realizando otras investigaciones con personas de su entorno cercano sirvió para que el 30 de octubre las dos menores, junto a otro menor que se había unido a ellas, fueran sorprendidos por los policías cuando pretendían tomar un autobús en el intercambiador de Tamaraceite.
Los tres menores, con edades de entre 14 y 16 años, se encontraban en perfecto estado de salud y fueron entregados por la Policía Local a sus respectivos padres, quienes han retirado la denuncia por su desaparición.
La Unidad de Protección y Acompañamiento Local (UPAL) de la Policía Local está especializada en las tareas policiales relacionadas con menores, víctimas de violencia doméstica o personas en situación de riesgo.
En otro servicio realizado por la UPAL de la Policía Local durante el mes de octubre, un joven de 22 años fue denunciado ante la autoridad judicial por un presunto delito de usurpación de identidad, tras comprobar los agentes que el mismo estuvo inmerso en una pelea en la que se había identificado ante los policías aportando los datos de una tercera persona que tuvo denunciar la situación.
