La Feria Regional de Artesanía ha abierto sus puertas en Gran Canaria con 104 puestos que ofrecen piezas únicas hechas a manos, ya sean tradicionales o con toques vanguardistas, para que la ciudadanía regale acervo cultural estas navidades, desde cuchillos a cestería pasando por joyería y originales artículos de decoración, aparte de piezas de ropa y complementos de toda índole.
Situada en la trasera de los Edificios Elder y Miller hasta el 8 de diciembre, muestra artículos de hasta 32 oficios artesanos de diversas islas que hoy fueron admirados por el presidente del Cabildo, Antonio Morales, y la consejera de Turismo del Gobierno canario, Yaiza Castilla.
El objetivo del evento es servir en estos momentos más que nunca de dinamizador al sector artesanal, estrechamente unido al tejido económico y social de las islas y reflejo de la tradición de los pueblos, motivo por el que la inversión del Gobierno canario ha crecido este año un 30 por ciento hasta alcanzar los 300.000 euros para esta cita organizada por el Cabildo de Gran Canaria.
“No solo hemos aumentado el presupuesto, el Gobierno y cabildos estaremos en un único stand precisamente para reducir al máximo el gasto institucional y que ese remanente repercuta en los propios artesanos porque ahora más que nunca es momento de apoyar, impulsar y modernizar el sector”, declaró la consejera.
El presidente del Cabildo resaltó la importancia de respaldar a los sectores económicos que se han visto especialmente afectados por la pandemia dado el cierre de comercios y de la posibilidad de realizar ventas directas como ha sido el artesano, que además conlleva una riqueza cultural intrínseca que es preciso preservar. Por eso, ambos animaron a que este año, más que nunca, se visite la Feria y se adquieran algunos de los productos únicos y de calidad que se pueden encontrar en ella.
Así, el espacio institucional estará dedicado a la tejeduría con piezas tradicionales y también piezas con diseños contemporáneos para abrir una nueva línea de comercialización para estos productos minuciosamente elaborados.
La organización, efectuada a través de la Fedac, se ha volcado, como no podía ser de otra manera, en garantizar la seguridad sanitaria, lo que comenzó por reducir el número de participantes para hacerlo viable en el espacio, 44 de ellos de Gran Canaria, 24 de Tenerife, 14 de La Palma, 7 de Fuerteventura, 7 de Lanzarote y 4 de La Gomera y El Hierro, respectivamente.
A todos se les ha facilitado la prueba PCR y contarán con hidrogeles alcohólicos y mascarillas. También se ha establecido un recorrido guiado y control de aforo, y se han tomado otras decisiones como suspender el acto de reconocimiento honorífico a artesanos que de oficios en vías de extinción, si bien, se ha favorecido su presencia en la elección de asistentes con 35 representantes de oficios tradicionales, al tiempo que se ha incentivado la profesionalización del sector (autónomos) y la mayor calidad en el producto artesano (incorporación de diseño al producto, calidad estética…).
Por otro lado, y según informó Yaiza Castilla, todas se presentan bajo la marca Artesanía Canaria, “un distintivo registrado por Industria del Gobierno de Canarias desde hace más de 10 años con el que se pretende dotar a la artesanía canaria de una imagen que permita su divulgación y reconocimiento por los consumidores, identificar los productos elaborados por las personas inscritas en el Registro de Artesanía de Canarias y proteger y mantener el prestigio de los artesanos canarios y de sus obras”. Actualmente hay más de 900 personas adheridas a esta marca.
Con todo, la Feria volverá a ser un espacio pensado para el disfrute de los asistentes, una muestra de las creaciones de los principales oficios artesanos realizados en Canarias al tiempo que para los artesanos es la oportunidad de abandonar el taller y dedicarse a la venta directa, recibir encargos y presentar nuevos productos, además de coincidir con artesanos de otras islas, poner en común sus inquietudes y compartir días intensos y entrañables que siempre se llevan en el recuerdo.