El Cabildo y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria impulsarán el desarrollo de coviviendas o ‘cohousing’ en Gran Canaria para lo que trabajarán en un prototipo y pondrán la información obtenida a disposición de las cooperativas y promotoras en una clara apuesta por la sostenibilidad y la cooperación entre personas.
El objetivo es facilitar la extensión de este modelo residencial basado en la colaboración, ya que se comparten espacios y usos comunes, así como tareas, de modo que es un modelo que crea importantes sinergias, explicó hoy la consejera e Arquitectura y Vivienda de la Institución insular, Concepción Monzón.
Para ello, el Cabildo y la Universidad han firmado una adenda por la que crearán un Observatorio de la Vivienda y un Laboratorio de Innovación con una aportación de la Institución insular para el primer año de 100.000 euros. El primer objetivo es trabajar en el diagnóstico de la situación en general de la vivienda en Gran Canaria, así como en este prototipo para que sirva de referencia para que definir aspectos como el número de personas, los costes o la distribución de espacios, tareas y usos comunes.
En el marco de esta colaboración, el Laboratorio tendrá incluso la posibilidad de utilizar algún espacio público de Gran Canaria para contar con una fuente experimental de información y poner a prueba soluciones constructivas y de convivencia.
Las viviendas colaborativas ofrecen un amplio rango de posibilidades y están resultando especialmente demandadas por personas mayores que encuentran en esta fórmula una alternativa a las residencias. El ‘cohousing’ les proporciona una alternativa que les permite disfrutar de espacio personal, mancomunar gastos y tener a mano en el mismo edificio o comunidad servicios esenciales, por ejemplo las sesiones de fisioterapia, talleres y cualquier actividad para una vida activa.
Junto a este modelo destinado a personas mayores que supone además romper con la soledad, uno de los grandes problemas en las edades más avanzadas, la covivienda se dirige también a modelos intergeneracionales. En este caso, la comunidad regula el cuidado de las personas mayores, de los menores de edad y el reparto de tareas en función de las posibilidades de cada miembro de esta nueva familia, para lo cual la definición arquitectónica juega siempre un papel esencial.
Lo importante, subrayó Monzón, es que no solo se construyan edificios o grupos de viviendas, sino modelos de vida.
El nuevo Observatorio de Vivienda, ahondó, efectuará el seguimiento de indicadores relacionados con la calidad de vivienda, su tipología, estado de conservación, sostenibilidad energética, accesibilidad y precio, además de monitorizar el número que se dedican al alquiler turístico y la evolución de las ejecuciones hipotecarias y alzamientos judiciales, así como el gasto que la población de Gran Canaria realiza para su adquisición.
Asimismo, desarrollará un programa de difusión del conocimiento relacionado con los avances conseguidos mediante la organización de eventos por parte tanto del Cabildo como de la Universidad. Con esta colaboración, “esperamos mejorar el derecho a la vivienda en nuestra isla”, concluyó Monzón.