¿Cómo afectan los modelos de apego a tus encuentros eróticos?
Nuestros modelos de apego en la infancia pueden pasar factura en la etapa adulta e interferir en las relaciones afectivas y en los encuentros eróticos que tenemos. Quizás leyendo el artículo puedas averiguar si influyen en ti y de qué manera
Pasamos por la vida y entablamos distintos tipos de relaciones. Hoy nos centramos en las más cercanas, esas que darán forma a nuestra personalidad. Para ello nos trasladaremos a la infancia y una vez allí, atenderemos a nuestro niño o niña interior, nos dará pistas de por qué somos como somos y cómo nos vinculamos, además del cómo vivimos los encuentros eróticos que tenemos.
Esas conexiones de la infancia con las personas que nos cuidaron y/o con nuestros padres y madres dan como resultado un tipo de apego. Existen varios modelos de apego y todos ellos pueden activarse sin que seamos conscientes de ello, dependiendo de la situación, del momento, de la persona con la que estemos. Esos modelos nos acompañan e influyen en nuestras conductas, estados de ánimo, en la conexiones que entablamos con amigos o personas con las que nos relacionamos. En consecuencia, habrá una reacción por nuestra parte según la situación. ¿Por qué digo esto? ¿Te ha pasado alguna vez que tienes un comportamiento o reacción con tu pareja antes, durante o después de un encuentro erótico que no comprendes de dónde surgió y por qué, como si por un momento estuvieses bajo influencias externas a ti?
El apego para nosotros es el sentirnos vistos, saber que nuestro cuidador atiende y cubre nuestras necesidades. Sentirnos a salvo, percatarnos de que nos protegen de cualquier daño y que esa persona no nos infunde miedo o inseguridad. Sentir que nos tranquilizan cuando necesitamos comprensión, un abrazo, una caricia sanadora y así sentir seguridad en esa relación. De la forma que nos han tratado esas figuras de apego, si han sido un ejemplo de apego seguro nos habrán aportado la seguridad, tranquilidad y capacitación para la etapa adulta. Pero si no ha sido el caso, podría afectar a la manera en que nos relacionamos e intimamos con la pareja. Por eso es importante prestarle un poco de atención a esta parte y escucharnos un poco más. Quizás nuestra autoestima, la visión que tenemos de nosotros, la autoimagen está algo dañada y es importante saberlo para comprender nuestras percepciones y nuestras reacciones. No te relacionas igual con tu pareja desde un nivel de confianza, autoestima, sentirte digno de amor, seguro y una persona competente, que desde el ‘mendigar amor’, querer ser visto, buscar aprobación, buscar aceptación y valoración fuera. La relación desde aquí no goza de equilibrio.
Pongamos un ejemplo. Alguien con una forma de apego sin equilibro que busca su pareja varias veces al día para tener encuentro erótico y se enfada ante la negativa. La otra parte no siente excitación ni deseo ante demandas insistentes y sin sentimientos expresados de vinculación porque esos encuentros sólo son para que la parte que los demanda calme su ansiedad, sus temores de abandono y así sentir seguridad de nuevo. Con un apego sano, ni una negativa sería síntoma de abandono para la persona que la recibe, ni se tomaría esa negativa como el fin de la relación, ni usaría los encuentros eróticos para calmar temores. Simplemente trataría el tema con comunicación asertiva e intentaría comprender a la otra parte para llegar a acuerdos positivos para ambos componentes de la pareja.
Otro ejemplo puede ser un modelo de apego evitativo en el que la persona, por sus inseguridades y la falta de confianza en la otra parte, focaliza el encuentro erótico en recibir placer, en juntar cuerpos, disfrutar sin pensar en la otra parte y sin entablar conexión emocional, así que los besos, abrazos o cualquier muestra que se parezca a dar algo de afecto no aparecerán ni por despiste.
Para disfrutar de unos encuentros eróticos reales y que sean fluidos es necesaria por parte de la pareja una entrega de la llave maestra de las emociones. Sí, has leído bien,. Esa llave permitirá a tu pareja abrir ciertas puertas necesarias para un vínculo real, una conexión total. No limites ese acceso a tu pareja. No se trata sólo de estar desnudos uno frente al otro, se trata de compartir todas las emociones que afectan a tu sexualidad y a tus encuentros eróticos.
Ser auténticos en la relación, desnudarse de verdad sin miedo y desde el amor dará un rumbo único y satisfactorio a la relación de pareja. Exterioriza y habla de la tristeza y de los motivos que te hacen sentirte así, de los miedos que puedas sentir al rechazo y así se gestiona y se supera. Pueden existir miedos que alguna figura de apego generó en ti al abandono. Posiblemente en tu caso la figura de apego te hizo sentir inadecuado o inadecuada y lo sigues arrastrando y reprochándoselo a tu pareja porque se activa en ti esa sensación en algunos momentos. Podría suceder que no te aceptes porque alguna de tus figuras de apego no lo hizo, no hubo reconocimiento y sí algún que otro machaque, pero sigues sin superarlo. Háblalo con tu pareja actual, sácalo, siéntelo, vívelo, compártelo. Todas esas emociones expresadas deben pasar a ser una fuente de confianza, de comprensión, de vinculación afectiva positiva que llenará los encuentros de sensaciones placenteras. ¿Suena bien, verdad? Mi siguiente pregunta: ¿De quién depende? Pues ya sabes, manos a la obra. No olvides nunca el humor, ánimo. ¡Hasta pronto!
Rut Mónica Díaz
Sexóloga