Desalojan al último okupa de las Cuevas de los Canarios, en El Confital
El Cabildo cierra las Cuevas y ya se está trabajando en la limpieza de choque para acondicionar las mismas
El Cabildo de Gran Canaria ha recuperado las Cuevas de los Canarios en El Confital tras un largo procedimiento judicial y policial que culminó con el desalojo del último okupa, el cierre a cal y canto de las cuevas, y la limpieza de choque en la que trabaja el servicio de Patrimonio Histórico, informó el consejero de Presidencia, Teodoro Sosa.
La colaboración de la Policía Canaria ha sido crucial en todo el procedimiento, ya que no solo elevó el caso a la Fiscalía, sino que realizó múltiples inspecciones y gestiones para lograr el desalojo de estas cuevas que fueron ocupadas hace ya cinco años, todo en coordinación con la propiedad, pues son privadas, y la colaboración también del Seprona y la Policía Local, entre otros, detalló el inspector insular José de León.
El yacimiento está formado por ocho cuevas habitacionales, aparte de otras tantas que fueron granero, y ahora el personal del Cabildo trabaja para extraer muebles, colchones y otros objetos que ocuparán dos camiones.
A ello seguirá una limpieza en profundidad, también de la ladera, que igualmente está salpicada de restos de enseres, el refuerzo de los cerramientos de las cuevas y del camino de acceso, además de un nuevo estudio geológico para comprobar la peligrosidad que ya puso de relieve un estudio anterior a la ocupación.
En coordinación con la Policía Canaria y la Policía Local, otra de las medidas será reforzar la vigilancia periódica de este valioso yacimiento aborigen.
Ocho familias aborígenes aisladas y autosuficientes
Las Cuevas de los Canarios fue el hogar de, al menos, ocho familias aborígenes que habitaban aisladas en la Isleta, que cuando subía la marea quedaba separada del resto de la isla, así que vivían del aprovechamiento del mar, posiblemente tenían su pequeña cabaña ganadera, también ha sido encontrada una cantera de molinos y, en definitiva, eran autosuficientes pasa su supervivencia en este paraje, incluido el cementerio sobre el que se asienta el barrio de La Isleta, donde de vez en cuanto aparece algún hueso y del que existen imágenes de finales del XIX.
Okupas desde el 2001
El Cabildo de Gran Canaria ya en 1992 limpió de enseres el lugar y lo acondicionó, pero en 2001 comenzaron a llegar los primeros ocupantes contemporáneos, e incluso se produjo una peligrosa situación cuando se prendió fuego en un colchón, capítulo que dio paso a una nueva limpieza, señalética y acogida de visitantes, tanto adultos como escolares, pero en 2015 hubo un importante desprendimiento, cayó su visera y un estudio geológico desveló la peligrosidad del lugar.
Se prohibió el paso, se reforzó la señalética para que pudiera ser contemplada e interpretada desde el mirador y se cerró el paso por peligrosidad, pero comenzó una nueva entrada de ocupantes que no han podido ser resuelta a hasta esta semana.
El Cabildo había conseguido que cinco personas desistieran de permanecer en el lugar y ya este pasado lunes el juez dictó la orden que permitió a la Policía Canaria desalojar este martes a la última persona, momento en el que se procedió al cierre por la peligrosidad que entraña como por su importante valor arqueológico, así como a la intervención que la devolverá a un estado acorde con su categoría de Bien de Interés Cultural.