Reconstrucción y supervivencia
Después de 42 días de la erupción del Volcán de Cumbre Vieja, ya es momento de ponerse a trabajar seriamente en la reconstrucción de las vidas de las personas que, a día de hoy, han perdido todo
Los desastres naturales no son tarea fácil, y un volcán, totalmente impredecible y caprichoso, lo convierte en inestable y gravemente perjudicial.
A todos nosotros, habitantes de tierras volcánicas, se nos ha pasado por la mente: ¿Qué pasaría si fuera mi tierra? ¿Qué pasaría si en vez de haber pasado en La Palma, hubiera sido El Hierro, La Gomera o Gran Canaria?
La forzada renuncia del apego de nuestros bienes materiales, sin tiempo de asimilar y sin tiempo lógico de pensamiento, nos deja con un golpe duro, muy duro en nuestros corazones.
La búsqueda de alternativas habitacionales en ese drama colectivo no es tarea fácil, pero si bien es cierto que no hay margen de equívocos, la experiencia existe para que aprendamos de ella y por desgracia, las prisas no son ni serán los mejores acompañantes de eficacia, economía y durabilidad.
En 2005 una desgracia similar y sin precedentes arrasó Nueva Orleans, en este caso el agua inundó y tomó para ella 107.379 viviendas después que los diques de contención quebraran ante la fuerza del mar. El huracán Katrina se llevó consigo la vida de 1.833 personas.
Un desastre natural que sin duda aún sigue grabado en dolor por sus compatriotas.
En ese momento la recaudación de fondos económicos para la restauración de unas de las ciudades más emblemáticas y queridas de EE.UU. que colapsó la economía del país, tasando de manera estimada la inversión en 140.000 millones de dólares americanos.
El movimiento ciudadano liderado por Brad Pitt “Make it Right” se encargó en liderar la recaudación de fondos privativos para la edificación de vivienda digna para los más necesitados. Destinado a que personas cuyos ingresos mínimos y sin recursos, totalmente fuera de las indemnizaciones estatales y del consorcio de compensación de seguros, pudieran volver a tener un hogar.
Un proyecto digno que desgraciadamente se convirtió en una desgracia más, tanto para aquellos que invirtieron su tiempo en el proyecto como para las personas “disfrutaron” de las viviendas.
Los terrenos cedidos para el emplazamiento, con alto nivel de humedad hicieron que las viviendas prefabricadas se pudrieran y fueran insalubres para aquellos que habitaban en ella. La utilización de materiales defectuosos, la mala supervisión de las obras y un sin fin de desgracias, consiguieron que dichas viviendas fueran recompradas por la fundación, compensando así a las personas que vivieron en ellas para su demolición en el año 2020.
Las prisas, las malas decisiones y la mala gestión de los recursos hizo que un gran proyecto, donde la solidaridad era la bandera, con una capacidad de recaudación de cerca de 26,8 millones de dólares americanos, 15 años después, no sirviera para nada.
Este ejemplo es hoy en día la demostración de que la gestión y selección de los proyectos con una exhaustiva supervisión “del todo” harán que un buen proyecto llegue al destino ideado, dónde devolver a las personas afectadas su hogar sea el fin supremo.
Nunca nos olvidemos del factor tiempo.
George Bush, 43.er presidente de Estados Unidos 2001/2009
"Me enorgullezco de mi habilidad para tomar decisiones claras y efectivas. Aún así, tras el Katrina, eso no ocurrió. El problema no fue que yo tomara malas decisiones. Fue que me tomé mucho tiempo para decidir"
Paula Cabrera
Arquitecta de interiores e interiorista