Potencia tus 'síes' y acalla tus 'noes'
¿Cuántas veces nos encontramos entre estas interrogantes en nuestra vida? Desde mi punto de vista, lo hacemos cada vez que estamos frente a un nuevo reto o un nuevo cambio que la vida nos presenta. Entonces empieza el juego de la mente: “¿Y, si me sale mal? ¿Y si no es tan bueno/a como pensaba? ¿Y si me traiciona? ¿Y si fracaso? ¿Y, si lo logro, podré manejarlo?
Está científicamente comprobado que en un 80% de todo eso que tememos en nuestra mente casi nunca ha ocurrido, primeramente, porque todo ese diálogo de incertidumbre muchas veces logra paralizarnos al punto de impedirnos dar un paso hacia esa nueva dirección.
Tenemos que tener presente que la mente está siempre para protegernos y que esa protección solo es posible desde lo conocido, con lo cual, cada vez que tengamos que lanzarnos a una zona desconocida, la función de la mente es frenarnos, porque instintivamente es como entiende que nos protege.
El gran entrenamiento está en entender que cuando trascendemos esa zona conocida y nos atrevemos a vencer los miedos y la parálisis de todos esos “y si no…”, en el fondo lo que realmente estamos logrando es ampliar nuestra zona de confort, porque una vez que demos el paso y avancemos, ese espacio desconocido para nuestra mente hasta ese momento se convertirá en un territorio conocido.
Hubo un momento de mi vida que se me presentó una gran oportunidad personal para darle un giro total a mi vida. En ese momento el miedo me paralizó y en mi mente solo existía este dialogo nefasto: "¿Y si me veo sola fuera de mi país? ¿Y si no consigo lo que realmente quiero? ¿Y si no puedo pagar los estudios de mi hija? ¿Y si fracaso en esta oportunidad que me está presentando la vida?" De repente una gran amiga comenzó a cambiar ese dialogo: "¿Y si es una gran oportunidad y te la estás perdiendo? ¿Y si eres feliz con este cambio? ¿Y si si funciona y logras lo que tanto has querido? ¿Y si es una oportunidad más expansiva en los estudios de tu hija? ¿Y si… es sí, amiga?"
Resulta que frente a todo ese panorama desconocido existía la misma probabilidad porcentual de que pudiera funcionar o no. Había 50% de probabilidad de que saliera mal y otro 50% que resultara bien.
Entonces mi amiga me dijo la frase que más me impactó: “Si no lo intentas nunca lo sabrás y al final de tus días te preguntarás si: realmente lo hubieras intentado, ¿qué hubiera sucedido?".
Esa reflexión hizo que me armara de valentía para renunciar a todo lo conocido por mí hasta ese momento y aventurarme a una vida totalmente nueva en todos los aspectos: personal, familiar, cultural y profesionalmente.
Hoy puedo sentirme orgullosa de haber callado los “noes” de mi mente y haber apostado por mis “síes”, porque el crecimiento personal y emocional que he adquirido a tan solo cinco años de esta decisión me ha aportado más que los 10 años anteriores de mi vida.
Ahora confronto constantemente a mi mente cuando se presenta ese dialogo en cualquier nueva experiencia. Cuando la indecisión me ataca y los “noes” empiezan nuevamente a gritar dentro de mí, respiro y le digo: “Calma, ya sé que lo haces para protegerme, pero ya hemos superado juntas situaciones mayores y nos han SALIDO BIEN”.
También puedo decir con certeza que, al vencer ese miedo que me paralizó por un tiempo, antes de tomar esa decisión, todas las experiencias que he tenido a posteriori, que también muchas de ellas han sido muy significativas en mi vida, ninguna de ellas han vuelto a paralizarme por tanto tiempo.
Porque ya estoy segura de que cada vez que algo me da miedo es porque no lo conozco y mi mente busca protegerme porque tampoco lo conoce. Mi plan es: ¿Cómo puedo transitar este nuevo camino que va a ofrecerme nuevas oportunidades y experiencias?
Le doy un material distinto a mi mente para que empiece a potenciar mis “síes” y a acallar mis “noes”. La mente trabaja para ti, siempre buscando protegerte. Dale nuevas señales y cambiará su dirección.
Tómate un tiempo para escarbar debajo de la superficie de tu diálogo interno negativo. Despega las capas para encontrar los sentimientos y los miedos para que puedas ofrecer compasión a esas frágiles partes de ti mismo.
Recuerda cada vez que avanzas hacia eso que te da miedo estás ampliando tu zona de confort.
Kary Piloto
Coach y Mentora en Auto-Gestión Emocional
@karypiloto_mentora