Neurofeedback: tratamiento para el TDAH
El neurofeedback es una técnica que permite modificar y regular la actividad eléctrica cerebral a través del entrenamiento
Nuestro cerebro está compuesto por una enorme red de neuronas, que se comunican entre sí a través de impulsos eléctricos. Estos impulsos eléctricos presentan diferentes ritmos, es lo que conocemos como ondas cerebrales, las cuales se clasifican en diferentes tipos según su frecuencia (delta, theta, alpha, beta, gamma). Todas ellas están en nuestro cerebro y se distribuyen a lo largo de él.
En función del tipo de actividad que realicemos, el cerebro demandará una actividad eléctrica diferente y necesitará la participación de diferentes regiones cerebrales. No vamos a necesitar la misma actividad neuronal si estamos tumbados en el sofá, a punto de echarnos una cabezadita, que si vamos enfrentarnos a una entrevista de trabajo por primera vez.
El entrenamiento en neurofeedback se utiliza en multitud de condiciones neurológicas, donde se aprecian alteraciones de la actividad eléctrica cerebral, pero también en cerebros sanos que quieren aumentar o mejorar su potencial (como deportistas de élite que quieren mejorar su concentración de cara a la competición).
¿Cómo funciona el neurofeedback?
El neurofeedback se basa en el condicionamiento operante, cuya premisa es que, aquella conducta que está seguida de una consecuencia positiva (refuerzo positivo) tiene más probabilidad de repetirse en el futuro.
En el neurofeeback el refuerzo positivo se administra a la persona de forma visual (vídeo, película o juego) o auditiva (sonidos). Antes de iniciar cualquier intervención con neurofeedback, se debe realizar un mapa cerebral o electroencefalograma cuantitativo (QEEG), que nos va a decir cómo es esa distribución de bandas de frecuencia en el cerebro, además de como están siendo las conexiones entre diferentes regiones del mismo. Una vez se procesa esta información, se elabora un protocolo de intervención (qué bandas de frecuencia y en qué localización se van a inhibir o estimular).
La persona que se está realizando neurofeecbak lleva unos sensores en el cuero cabelludo, que están registrando la actividad cerebral y enviándola a un ordenador (estos sensores nunca van a emitir ningún tipo de actividad o descarga sobre el cerebro). Mientras tanto, está sentado viendo una película (por ejemplo), a la que se la ha puesto un filtro, que se pondrá oscuro o se esclarecerá. Si el cerebro está dentro de los parámetros de actividad eléctrica que hemos establecido previamente, en función de la información extraída del mapa cerebral (QEEG), la película se verá, pero si no, la pantalla se oscurecerá y no podrá verla. Nuestro cerebro va a querer ver esa película (refuerzo positivo), por lo que tenderá a modificar y ajustar su actividad eléctrica, para que eso ocurra.
Es de esta forma como poco a poco nuestro cerebro va aprendiendo cómo debe comportarse a nivel eléctrico (para recibir una recompensa), produciendo cambios estables a lo largo del tiempo.
¿Qué tipos de patologías o alteraciones se pueden tratar con neurofeedback?
Como hemos adelantado al comienzo, no es necesario padecer ninguna alteración para realizar neurofeedback, sin embargo, existen multitud de condiciones ante las que se puede intervenir utilizando esta técnica:
- Daño Cerebral Adquirido (ictus)
- Trastornos psicológicos (depresión, ansiedad…)
- Insomnio
- Epilepsia
- Dolores crónicos
- Migrañas
- Trastornos del Neurodesarrollo (TDAH, TEL, TEA…)
El neurofeedback es una técnica no invasiva, que no tiene efectos secundarios, siempre y cuando se aplique por los profesionales pertinentes y de la forma adecuada, que actúa de forma específica. Puede utilizarse solo o en combinación con otros métodos de intervención farmacológica o no farmacológica.
Cristina de la Fe
Neuropsicóloca
Psicóloga sanitaria