Pantone es una empresa con sede en Carlstadt, Nueva Jersey, creador del Pantone Mactching System ®, un sistema de identificación, comparación y comunicación del color para las artes gráficas.
Cada año, la empresa Pantone predice cual será el color que triunfará en los meses venideros y que, por lo tanto, tenga una marcada influencia tanto en decoración, arte y belleza.
El color elegido este año en vez de uno, como fue el año pasado Classic blue, han sido dos los seleccionados Ultimate Grey (PANTONE 17-5104) y Yellow Iluminating (PANTONE 13-0647), que han de presentarse juntos.
La resiliencia del Ultimate grey y la fortaleza del Illuminating inyectan fortaleza y positividad a una paleta fuertemente arraigados a la tierra.
Sin edad, sin género, colores capaces de evocar optimismo y fuerza con su unión. Despertando un estado de ánimo que es edificante y energizante.
Pasamos a describir ambos colores por separado.
-El amarillo es, dentro de la escala de colores, el color más contradictorio. De hecho, o te gusta mucho o lo odias. Es el color del optimismo, pero también del enojo, la mentira y la envidia. Es el color de la iluminación, del entendimiento, pero también de los despreciables y traidores. Así es de contradictorio.
Es complicado tener una unidad de criterios en torno a él pero si es verdad que nuestra experiencia elemental con respecto al amarillo es el Sol, con lo que el amarillo serena y anima. Los optimistas tienen un ánimo radiante, y el amarillo es su color. El amarillo irradia, sonríe, es el color principal de la amabilidad. Los emoticonos son, obviamente, amarillos. Es divertido, radiante como una amplia sonrisa.
Vincent Van Gogh, amante de este color, decía: “En todas partes hay una tonalidad como la del azufre, el sol se me sube a la cabeza. Una luz que, a falta de expresiones mejores, sólo puedo decir que es amarilla, de un amarillo azufre pálido, de un amarillo limón pálido. Es bello el amarillo”.
-El gris teóricamente es incoloro, como el negro y el blanco, de hecho, es la suma de los dos. Psicológicamente es, de todos los colores, el más difícil de ponderar.
No es ni cálido ni frío, no es espiritual ni material, No hay nada decidido en el gris: todo en él es tenue. Es un color sin carácter.
Es por lo que, por excelencia, el gris simboliza la neutralidad.
Es el color de la teoría, el color de la reflexión.
El entendimiento se localiza en la materia gris del cerebro.
Los colores juntos y acompañados, según la luminosidad del amarillo, provoca un efecto cálido y saturado alejado de los tonos pasteles, lo que al colocarlo en un espacio nos va a llamar la atención. Acompañado del gris medio, que no tira ni a cálido ni a frío nos dará estabilidad y equilibrio al conjunto.
A la hora de poner en práctica esta teoría dentro de un espacio, podemos utilizar el amarillo y el gris en su paleta de degradados. Usar la temperatura de los colores para que sean cálidos, fríos, más o menos saturados según la intensidad que deseemos, consiguiendo así una paleta monocromática donde sólo utilizaremos los dos colores.
En el caso que deseemos añadir a nuestra composición otro color que acompañe al amarillo, podemos elegir un color análogo (dentro de tonalidad cromática) como el naranja o verde lima que conseguiremos un espacio más equilibrado. Si por el contrario queremos dar el contrapunto deberemos utilizar un color como puede ser el violeta o el azul añil, lo más alejado en el círculo cromático.
Todo dependerá de lo atrevidos que seamos y lo que más nos motive. Lo importante es que estos dos colores sean los predominantes en el espacio y siempre acompañado del blanco, que nos ayudará a crear el conjunto.
Paula Cabrera Meza
Arquitecta de interiores e interiorista