Las creencias, ¿limitan o potencian?
El trabajo de un coach es trabajar las creencias limitantes con sus clientes para que ellos mismos puedan gestionarlas y convertirlas o cambiarlas por otras creencias potenciadoras
Hoy me gustaría dedicar un ratito a profundizar sobre las creencias; qué son y como pueden llegar a ser potenciadoras o limitantes. Como he mencionado anteriormente en otro artículo, las creencias o pensamientos dan paso a nuestros sentimientos y, a su vez, estos condicionan nuestros comportamientos.
En muchos casos no sabemos por qué pensamos de la manera que pensamos. Son creencias que llevan con nosotros durante una gran parte de nuestras vidas, y estas creencias llegan a ser tan fuertes que las damos por hecho, como si fueran una certeza absoluta sin ni siquiera cuestionarlas.
La RAE define la creencia como "el firme asentimiento y conformidad con algo. La creencia es la idea que se considera verdadera y a la que se da completo crédito como cierta”.
Según la definición de la PNL, “…las creencias son uno de los componentes claves de nuestra estructura profunda. Ellas dan forma y crean las estructuras superficiales de nuestros pensamientos y acciones, determinan cómo se da significado a los hechos y son la esencia de la motivación y de la cultura.”
Las creencias son organizadores de nuestra forma de percibir, pensar y actuar, pudiendo ser potenciadoras o limitantes. No se trata de cuestionar si una creencia es válida o no, se trata de saber si te limita o te potencia hacia la obtención de tus objetivos o de tu crecimiento personal.
Desde un punto de vista lingüístico, las creencias se expresan básicamente con dos patrones verbales: equivalencias complejas: “tener mucho dinero significa haber alcanzado el éxito”, o afirmaciones causa-efecto: “el trabajo duro conduce al éxito”.
El truco está en transformar aquellos patrones verbales que sean limitantes en potenciadores, cuestionando la veracidad de la relación.
En “El Poder de la Palabra”, Robert Dilts (Ediciones Urano SA, 2003) nos explica cómo cambiar la estructura de una frase puede ayudarnos a ir cambiando esas creencias limitantes.
- Quiero ir a la playa pero tengo que terminar de estudiar / Quiero ir a la playa pero quiero terminar de estudiar.
- Hoy hace sol pero mañana lloverá / Hoy hace sol aunque mañana lloverá.
Con estos dos ejemplos vemos cómo cambiar “tengo por quiero”, o “pero por aunque” nos ayuda a recuadrar la experiencia y nos permite poner un foco positivo e influir en el significado que percibimos de la experiencia.
Las creencias limitantes se pueden distinguir en tres grandes bloques.
- Desesperanza: creencia de que el objetivo deseado no es alcanzable. Ej: “Llegar el primero es imposible”.
- Impotencia: creencia de que el objetivo deseado es alcanzable, pero no se es capaz de lograrlo, Ej: “Sí es posible pero yo no soy capaz”.
- Ausencia de mérito: creencia de que no se merece el objetivo deseado, “Soy capaz pero no me lo merezco”.
El trabajo de un coach es trabajar estas creencias limitantes con sus clientes para que ellos mismos puedan gestionarlas y convertirlas o cambiarlas por otras creencias potenciadoras.
“Una teoría puede ser comprobada por la experiencia, pero no hay modo de formular una teoría a partir de la experiencia”, Albert Einstein.