Algunos de los beneficios del mindfulness para niños son:
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Mejora la capacidad de atención: Potencia el rendimiento académico y les ayuda a ser más eficientes en sus tareas. Aprenden a vivir plenamente su vida, prestando atención al momento presente y disfrutando más de cada instante vivido.
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Potencia la capacidad de regulación emocional: Aprenden a reconocer, entender y manejar sus emociones y pensamientos de forma natural. Descubren que todos les aportan algo beneficioso y que son transitorios.
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Incrementa la capacidad de tomar mejores decisiones: A través de la autobservación y el autoconocimiento, aprenden a conocer a fondo todas sus capacidades, fortalezas y limitaciones. De este modo pueden tomar decisiones más conscientes.
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Manejan su autocontrol: Adquieren capacidades para controlar su estrés y sus miedos antes de que les lleguen a bloquear. Son capaces de salir de estados de bloqueo emocional donde la parte más primitiva del cerebro toma el control y no podemos tomar decisiones racionales.
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Aumenta su capacidad de resiliencia: Al centrarse en el momento presente, no viviendo con angustia el futuro ni recordando con añoranza el pasado, son capaces de recobrarse mejor tras una experiencia.
De cara a la rutina de sueño, aquella actividad calmante antes de dormir como momento de transición, el mindfulness se puede llevar a la práctica, te dejo unas actividades para 'los más mayores', a partir de 3 años.
- Respiración. Nos tumbamos boca arriba con su juguete favorito encima de su barriga. Centramos la atención en cómo sube y baja al ritmo de la respiración. Los ejercicios de respiración también son formas muy eficaces de reducir la ansiedad y disfrutar de mayor bienestar.
- Relajación. Jugaremos a una radiografía corporal, con los ojos cerrados les haremos ir por todas las partes de su cuerpo. Así se tranquilizan y toman conciencia de él.
- Calma. Explicaremos que las ranas dan grandes saltos pero que también están sentadas y quietas mucho rato. Estaremos en esa posición observando como se mueve nuestra barriga.
- Observación. Con un reloj de arena, en silencio y quietos, observaremos como se va moviendo la arena.
- Meditaciones guiadas: Es una forma excelente de ayudar a los pequeños de la casa a iniciarse en las técnicas de relajación a través de una voz suave y unas historias divertidas y fáciles de seguir. Existe una amplia oferta en Internet, aquí te dejo algunos títulos que pueden ayudarte: ‘El árbol encantado o de las preocupaciones’, ‘Otoño’ o ‘El botón de pausa’.
¿Has probado estos ejercicios? ¿Practicas otros? ¡Comparte, que te leo!
Mónica Quesada
Asesora de sueño infantil certificada, maestra y CEO
http://www.dormirhastalalunayvolver.com