La pregunta poderosa
¿Qué es exactamente el coaching? ¿Qué hace un coach? ¿Cómo funciona el proceso de coaching? Éstas son algunas de las preguntas que me hacen con frecuencia.
Permíteme comenzar dándote la definición clásica de la locura:
Locura es seguir haciendo las cosas de la misma manera y esperar resultados diferentes.
La verdad es que si nada cambia, nada cambia.
Las personas acuden al coaching para ser más efectivas o estar más satisfechas en la vida y el trabajo. Tienen metas importantes que alcanzar o simplemente porque quieren que las cosas sean diferentes. Buscan tranquilidad, más impacto. Están confundidos o quieren menos estrés.
El coaching se trata del descubrimiento, de la conciencia y la elección. Se trata de empoderar a las personas para que encuentren sus propias respuestas.
El coach es tu aliado. Él o ella te acompaña durante todo el proceso y te ayuda a encontrar las mejores soluciones para ti, asegurándose de que estén alineadas con tus valores para que puedas seguir avanzando con tranquilidad y satisfacción. A lo largo del proceso, mejorarás el rendimiento, alcanzarás metas y obtendrás resultados.
El proceso de coaching se realiza a través de la conversación, a través del arte de escuchar atentamente no solo lo que dices, sino tu tono de voz, tus gestos, tu postura, e incluso lo que no dices. Escuchando desde todos estos niveles, el coach actúa como espejo para que puedas verte reflejado y así crear la conciencia necesaria para avanzar hacia tus metas.
Hay muchos tipos de coaches y se utilizan muchas herramientas, sin embargo, la herramienta más potente de todas es la pregunta poderosa. El trabajo del coach es hacer las preguntas que conducirán al proceso de descubrimiento.
Cada uno somos únicos, con una situación de vida y trabajo única, con metas y deseos de cambios únicos, habilidades únicas, intereses únicos e incluso hábitos únicos de auto-sabotaje. Los objetivos pueden incluso cambiar a medida que comenzamos a aclarar qué es exactamente importante para nosotros. Al indagar más profundamente, comenzamos a comprender qué es lo que realmente nos motiva, tomamos medidas y aprendemos de las acciones que realizamos.
Para que un proceso de coaching funcione debe haber compromiso para explorar, cambiar, aprender, asumir riesgos e invertir el tiempo y la energía necesaria. Si realmente queremos lograr resultados, necesitaremos cambiar actitudes, paradigmas y creencias limitante.
El coaching es para cualquiera que busque un cambio, pero para un empresario resulta imprescindible.
María Martínez
Coach y consultora de empresas
www.mybrujula.com