El Patrón de Las Palmas de Gran Canaria
La ciudad de Las Palmas de Gran Canaria tiene como patrón al Cristo de la Vera Cruz, venerado en la Parroquia Matriz de San Agustín en el barrio de Vegueta. A pesar de ese "reconocimiento oficial", su vinculación con nuestra ciudad es un hecho desconocido para muchos vecinos
En el momento en el que se le concedió dicho reconocimiento al Cristo de la Vera Cruz, existía en la ciudad un gran fervor religioso hacia él. ¿Qué ocurrió para que este fuera disminuyendo con el paso del tiempo?
La respuesta nos la da Domingo J. Navarro en su libro "Recuerdos de un Noventón", escrito hace ya más de 100 años. Nos cuenta nuestro insigne médico y periodista cómo hasta el año 1778 el Cristo de la Vera Cruz era una escultura realizada por los indios tarascos de México, muy similar al actual que se venera en Telde.
(Cristo de Telde, obra también de los indios tarascos)
Las imágenes fabricadas por esos nativos mexicanos eran muy ligeras, lo que permitía su uso en procesiones de forma muy cómoda. El cariño que estos aplicaban a su construcción asombró a la cristiandad, que veía cómo unos "infieles" habían recibido con tanto cariño "la palabra del señor".
El problema surgió cuando uno de ellos se rompió y se descubrió que en su interior se encontraban signos de adoración a sus antiguos dioses. Esa era la razón del "amor" que sentían hacia las figuras que elaboraban.
(El Cristo de la Vera Cruz)
Ante el deterioro de la imagen original del Cristo de la Vera Cruz, el ayuntamiento encargó una nueva talla a Luján Pérez, una verdadera obra de arte que se puede contemplar en la referida Parroquia Matriz de San Agustín. La vieja se encontraba, según Domingo J. Navarro en tan mal estado, que llegaron a tener que ponerle pelo humano en la cabeza para tapar sus desperfectos.
Nuestros convecinos de esa época no recibieron con buenos ojos la nueva imagen, ellos preferían la anterior. A partir de ese momento, poco a poco, se fue perdiendo el fervor original hacia él que tenía más de superstición que de verdadero culto religioso.
(Monumento a Domingo J. Navarro)
Por cierto, en "Recuerdos de un Noventón" también se cuenta la razón de la llegada del Cristo de la Vera Cruz a Vegueta. Fue traído para "limpiar la zona", ya que allí existía un gran burdel.
Hasta hace muy poco la calle de San Agustín lucía también su antiguo nombre de calle de la Mancebía, forma en que se llamaban antiguamente a los prostíbulos.
Juan Carlos Saavedra
Escritor, investigador y divulgador de la cultura canaria