Los "dichos" canarios; los "decires"
Uno que sabe bien de "decires" es nuestro compañero Juan Carlos Saavedra, que esta semana nos trae unos cuantos de ellos, muy populares en la cultura canaria. ¡A él no se le va el baifo!
Un "dicho" es una frase hecha que intenta expresar por medio de la gracia y el ingenio una idea lógica que casi nunca admite discusión. Su diferencia con los refranes es que estos últimos encierran una moraleja expresa, cosa que los "dichos" no contienen. Es más, muchas veces el "dicho" no dice literalmente su verdadero significado, sino que este se interpreta con humor.
Veamos un ejemplo:
Dicho: Ese tiene un as bajo la manga.
Refrán: No por mucho madrugar amanece más temprano
Los "dichos" son manifestaciones populares que encierran el saber del pueblo que los usa, por eso casi nunca se pueden traducir a otras lenguas y son difíciles de entender incluso por hablantes del idioma en que están expresados que no pertenecen al entorno geográfico donde se usan. En Canarias, a los "dichos populares" se les conoce como "decires".
Los canarios hemos hecho gala, a través de la historia, de nuestra “socarronería”. Usando “indirectas” y “dobles sentidos” realizados con nuestro habla peculiar, nos hemos enfrentado a la vida y a sus problemas sin perder el sentido del humor.
Ese “ser canario” se ha ido reflejando con el paso de los años en lo que podríamos llamar “saber popular”. Las experiencias vividas y adquiridas en las labores del campo, la ganadería o la pesca han sido transmitidas de generación en generación por medio de la tradición oral en forma de refranes.
Para un foráneo, nuestros “decires” son de difícil comprensión, ya que se suelen usar palabras del léxico popular y hacer referencia a nuestras particularidades sociales, económicas e históricas.
(Pepe Castellano, actor que popularizó a Pepe Monagas, llegando el público a confundir su persona con el personaje)
Hagamos un repaso por alguno de ellos:
Lo tenías todo planeado. Esperabas que las cosas salieran como las tenías previstas pero al final surgió algo inesperado que hace que tus planes no sirvan para nada. En ese momento exclamas: “Ya el conejo me riscó la perra”.
La caza del conejo, auxiliado por perros, es una actividad muy extendida en las islas. El perro, en teoría, debe ser capaz de capturar al conejo pero en ocasiones este animal salvaje logra que el perro se caiga por un barranco cuando intenta capturarlo.
Tenemos que advertir a alguien de que tenga cuidado con lo que piensa hacer. Si al final lo hiciera su actitud puede tener consecuencias negativas. Para que le quede claro le decimos: ”Abre el ojo y esparrama la vista”.
El concepto esparramar se usa cuando se vierte un líquido y este se extiende en el suelo. Por eso cuando se pide a alguien que esparrame la vista se le está solicitando que tenga amplitud de miras y que tenga en cuenta todas las posibilidades.
Estamos hablando y nos olvidamos de lo íbamos a decir a continuación. Hacemos una pequeña parada y reconocemos a nuestro interlocutor que: ”Se nos fue el baifo”.
El pastoreo trashumante fue una actividad muy extendida en las islas. Su trabajo consistía en vigilar el ganado cuando este pastaba suelto en los campos. Por esa razón debía estar siempre atento para no perder a las cabras pequeñas, los baifos.
Nos encontramos con una persona cuyas palabras o forma de actuar creemos que no tienen ningún sentido. Lo miramos a los ojos y le damos nuestra opinión sobre él: ”Que cabeza para un caldo de pescado”
Dentro de la gastronomía canaria destaca el caldo de pescado. En tiempos de crisis este plato se hacía solo con la cabeza del pescado, aunque en la actualidad para muchos el mejor caldo es el que se hace precisamente aprovechando esa parte del pescado. Por eso se dice que la “cabeza” de alguien solo sirve para hacer caldo.
Escuchamos unos argumentos que no entendemos o que no compartimos. No le pedimos que por favor nos los repita, le decimos directamente: ” Pícamelo menúo que lo quiero pa' la cachimba”.
Antes el tabaco se vendía suelto, a granel. Dependiendo del uso que se le fuera a dar se entregaba al cliente cortado de una u otra forma. Si se quería para fumar en pipa (cachimba) se pedía picado muy fino (menúo).
Sucedió algo y no supimos qué hacer. Ahora, tiempo después, se nos ocurre cómo debíamos haber reaccionado en ese momento. No vale la pena darle vueltas a si “esto” o lo “otro”, ya que: ”Conejo ido, palos a la madriguera”.
Cuando a un cazador se le escapa un conejo que tenía cercado en su madriguera ya no tiene nada que hacer. Lo único que le queda, aunque no sirve para nada, es desahogarse rompiendo a palos la madriguera.
Conocemos una persona que nos dice que ha cambiado, que ya no es como era. Sin embargo, nosotros sabemos que no es así y que en cualquier momento volverá a las andadas porque en el fondo sabemos que: ”La cabra siempre tira al monte”.
Los pastores saben que las cabras son animales de costumbres y que cuando se les da libertad buscan los pastos de las zonas altas. Por eso se puede predecir su ruta, lo que facilita su búsqueda cuando alguna se pierde.
Nos están contando cosas maravillosas de una persona. No estamos de acuerdo en que esa persona merezca esos elogios. No rebatimos sus razones con argumentos. Simplemente decimos con ironía: “Guárdame una cría”.
Dentro del mundo rural canario la cría de ganado siempre ha buscado mejorar las especies procurando cruzar a los mejores ejemplares. Para ello se solicitaba a los amigos que se le entregara una de las mejores crías de cada camada. Con esta expresión se pide que cuando el sujeto del que se está hablando tenga descendencia se le guarde una de sus crías, de forma irónica.
A alguien le gusta que todo se lo den hecho. Nos tiene cansados pidiéndonos de forma constante cosas. No le decimos que no, simplemente le comentamos que: ”El que quiere lapas, que se moje el culo”.
El marisqueo es una actividad que se practica en las islas desde la época aborigen. Uno de los moluscos más apreciados son las lapas. Coger lapas conlleva el riesgo de que en cualquier momento pueda llegar una ola y mojarte. El que quiere comer lapas, por ello, debe estar dispuesto a mojarse.
Alguien aporta una idea increíble, que no se le había ocurrido a nadie, entonces se le premia diciéndole: "Arráyate un millo".
En los juegos de cartas, sobre todo en el Envite, el ganador suma "un millo" a sus puntos.
¡Cuídense!, que seguro que "Ninguno quiere aún irse para las plataneras". (Cuando alguien moría nuestros abuelos decían que se fue para "las plataneras", así llamaban al Cementerio de Vegueta, al estar construido en medio de ese cultivo).
Esperamos seguir compartiendo con ustedes nuestra historia y cultura a lo largo del año 2021.
Juan Carlos Saavedra
Escritor, investigador y divulgador de la cultura canaria
www.juancarlossaavedra.com